Anomalía magnética de Kursk
La anomalía magnética de Kursk (KMA) es una anomalía magnética situada en los óblast rusos de Kursk, Bélgorod y Vorónezh, donde abundan los minerales de hierro. Es una de la mayores anomalías magnéticas de la Tierra.[1]
Fue descubierta en 1733 por el astrónomo ruso Piotr Inojódtsev.[2] En 1883, el físico Nikolái Pílchikov llevó a cabo una serie de 71 observaciones de la KMA, que pusieron de manifiesto que la anomalía se debía a la presencia de mineral de hierro.[3] Posteriormente, se llevaron a cabo investigaciones relativas a las posibilidades económicas de la zona; estas investigaciones fueron llevadas a cabo por el geólogo Iván Gubkin entre los años 1920 y 1925, basadas en las posibilidades de hallar petróleo. En 1931, se encontraron grandes cantidades de hierro en la región. Dichas mineralizaciones se extienden sobre un área estimada en 120 000 km². Principalmente se encuentran magnetita y cuarcita, con rocas metamórficas y granitos del precámbrico. Las reservas de mineral de hierro son estimadas en más de veinticinco mil millones de toneladas de hierro de 32-37%, y más de treinta mil millones de toneladas de hierro de 52-66%.[3]
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ NASA. «Kursk Satellite Magnetic Anomaly» (en inglés). Consultado el 16 de mayo de 2010.
- ↑ RT. «On this day: 7 April» (en inglés). Archivado desde el original el 11 de mayo de 2010. Consultado el 16 de mayo de 2010.
- ↑ a b Museum of Learning. «Kursk Magnetic Anomaly» (en inglés). Consultado el 16 de mayo de 2010.