Para el séptimo Festival Internacional de Poesía de Medellín que fue celebrado entre el 12 y el 21 de junio de 1997[3], cuyas lecturas de inauguración y de clausura fueron realizadas en el teatro al aire libre Carlos Vieco del Cerro Nutibara[4]. El lema emblemático fue:
Los poetas internacionales asistentes consideran a Medellín como la capital mundial de poesía debido a la cantidad y calidad de espectadores:
«Antes de venir aquí, Colombia era para mí café y bananas. Hoy, con este Festival, Colombia es poesía y amistad. El certamen es extraordinario. Yo he estado en otros eventos similares, sobre todo en Europa, Brasil, Chile, Rusia y nunca he visto una cosa como esta: multitud de jóvenes que son capaces de estar sentados en el suelo sin comodidad alguna, durante una hora y media oyendo poesía. Me voy con el corazón lleno de esperanza por la poesía.»
«En Bosnia, desde hace 36 años y aún en tiempos de guerra, se hace el Festival Internacional de Poesía. Le propongo a Prometeo hermanizar estos dos festivales, hacerlos en la misma fecha, en junio. Como presidente de la Asociación de Escritores y Poetas de Bosnia defenderé a Colombia, mi amistad con este país será mayor. En ninguna otra parte del mundo había visto tanta relación entre poetas y público, entre poemas y la gente. Es que la poesía es la forma más profunda del sentimiento humano. Viví la maladad humana en Sarajevo y aquí en Medellín encontré un espíritu humano en respuesta a la poesía.»
«El Festival Internacional de Poesía me parece un espectáculo maravilloso y excepecional. Realmente, Medellín se convierte en la capital mundial de la poesía. He tenido la oportunidad de participar en varios festivales en lugares tan distintos como Suecia y México, pero nunca ha sido una experiencia como esta. El público no es sólo numeroso sino con un alto nivel de sensibilidad y de respoeto por la voz del poeta.»
«Para mí fue una sorpresa muy agradable encontrar en Medellín la forma como los habitantes viven la poesía. Con dolor debo decir que en Mozambique nunca he visto, como en esta ciudad, un auditorio completamente lleno, durante horas, escuchando a los poetas. Eso es prueba de que la poesía tiene un espacio propio e importante en la cultura colombiana. Puede ser cierto lo que dicen algunos de que este país es el más violento del mundo, poer creo que la poesía va a ayudar a acabar esa misma violencia.»
«Encontré que Medellín es un gran pueblo y la siento así como cuna de la cultura. En el momento en que estamos aquí hay periodistas, hay empresas, radio, hay personas que colaboran en gran manera y en este momento me han respetado, me ha querido, me han dado muy buen trato y pienso que hay gente amante de la cultura y gente que quiere saber un poco más allá, porque aquí estamos de diferentes continentes.»
«Porque, en realidad, es difícil imaginar que entre 2 a 3 mil personas son capaces de asistir a escuchar durante 2 o 3 horas, más aún, poesía expuesta en varios idiomas y en español, indicando con sus aplausos y gritos que entienden. Poetas en el calor de Medellín, Colombia, en general, no sería más que una manifestación humana particular, exponente, la multitud de jóvenes y ancianos, que acudían a escuchar, a conocer a los poetas»
Fragmento del roportaje de Nicolae Prelipceanu expuesto en Luceafarul de Rumania[7].
Se destacó la presencia de cuatro «mamos» arhaucos
↑Prelipceanu, Nicolae (julio de 1997). «FESTIVALUL INTERNAȚIONAL DE POEZIE DE LA MEDELLIN»(jpg)(en rumano). Luceafarul. Consultado el 7 de marzo de 2012. «Căci, într-adevăr, e greu de imaginat că 2-3 mii de oameni sun capabili să stea și să asculte 2-3 ore, ba chiar mai mult, poezii spuse în diverse limbi și a lor, spaniola, semnalând că au înteles despre ce este vorba prin aplauze și strigăte. Căldura poeților din Medellin, din Columbia în general, n-ar fir nimic mai mult decât o manifestare umană particulară fără aceea, exponențială, a mulțimii de oameni tineri, dar și bătrâni, care vine să-i vadă, să-i audă, să-i cunoască pe poeți.»