La Guerra Civil Española, librada entre 1936-1939, fue una oportunidad para muchos países europeos de evaluar las nuevas tecnologías y tácticas, incluyendo la guerra blindada.[1] Al comienzo de la guerra, los sublevados y los republicanos contaban con una flota cada uno de solo cinco tanques ligeros Renault FT-17,[2] aunque estas fueron pronto reforzadas con la importación de material. Italia comenzó a suministrar a la España nacionalista tanquetasL3/35 en agosto de 1936.[3] La Unión Soviética hizo muy pronto lo propio, suministrando a la República numerosos tanques T-26 en octubre de 1936.[4] Alemania proporcionó sus primeros envíos de tanques ligeros Panzer I para los sublevados en septiembre de 1936.[5] Durante la guerra, Polonia proporcionaron a los republicanos un número adicional de tanques ligeros FT-17.[6] Un número considerable de tanques entregados a la República fueron capturados posteriormente;[7] muchos de ellos fueron puestos en servicio en su propia contra.[8]
Los Ejércitos sublevado y republicano también diseñaron y fabricaron una serie de tanques propios.[9] Los sublevados, por ejemplo, comenzaron la guerra con tres prototipos Trubia A4, fabricados antes del estallido del conflicto.[10] También se completó el primer prototipo del tanque ligero Verdeja.[11] Este fue diseñado para superar las deficiencias de los tanques prestados por los alemanes y los italianos, así como los de los tanques soviéticos capturados a los republicanos.[12] La producción de vehículos en la zona republicana fue segmentada por diferentes zonas de España. En el norte, entre 15 y 20 tanques Carro Trubia-Naval fueron fabricados en la factoría de Sestao, mientras que la fábrica Trubia había construido solo un único modelo del tanque Landesa.[13] En Cataluña, dos tanques fueron producidos por la fábrica de Maquinaria Moderna en San Sadurní de Noya.[14] Aunque en la zona republicana se habían diseñado y fabricado muchos vehículos blindados de combate, más que los sublevados, en última instancia trabajó en favor de estos cuando las fábricas y sus líneas de producción fueron capturadas intactas durante el transcurso de la guerra.[15]
↑Manrique & Molina (2006), p. 324; Manrique & Molina estiman que la España republicana recibió 2 envíos con 16 FT-17 cada uno, mientras que García estima que solo fue un envío con 16 carros procedentes de Polonia.
↑Molina & Manrique (2007), p. 46; Molina & Manrique (2007). Se menciona que al menos un BT-5 fue puesto de nuevo en servicio en el sur de España por el Ejército franquista.
↑Molina & Manrique (2007), p. 36; Molina and Manrique (2007) Mencionar que el Ejército franquista, de un total de 80 unidades de los carros de combate que habían sido desplegados en el frente, 49 T-26 capturados habían sido puestos en servicio de primera línea, mientras que otros 11 requieren una reconstrucción de menor importancia y otros 10 precisan rodillos de retorno (las ruedas usadas sirvieron para mantener derecho el funcionamiento de las orugas) y 10 más fueron desechados.
García, Dionisio (marzo de 2008). «Trubia: El Primer Carro de Combate Español». Serga (Madrid, España: Almena) (52).
García, Dionisio (septiembre de 2004). «Renault FT 17 en España (2): La Guerra Civil». Serga (Madrid, España: Almena) (31).
Hofmann, George F. (1 de enero de 1998). «The Tactical and Strategic Use of Attaché Intelligence: The Spanish Civil War and the U.S. Army's Misguided Quest for a Modern Tank Doctrine». Journal of Military History (Sociedad de Historia Militar) 62 (1).
Manrique, José María; Molina Franco, Lucas (2006). Las Armas de la Guerra Civil Española. 28002 Madrid: La Esfera de los Libros. ISBN84-9734-475-8.
de Mazarrasa, Javier. Carro de Combate Verdeja. Barcelona, España: L. Carbonell. ISBN84-86749-02-6.
Molina, Lucas; Manrique, José María (Diciembre de 2007). Blindados Soviéticos en el Ejército de Franco. España: Galland Books. ISBN978-84-612-1221-7.