El alto, dentro de la familia de los saxofones, es el más utilizado fuera del jazz y en la música clásica del siglo XX. No obstante ello, su desarrollo está íntimamente ligado al jazz, a pesar de lo tardío de su incorporación a las bandas, donde no se consolidó hasta el swing.[1]

Apenas es posible encontrar músicos de hot que utilizaran el saxo alto, y menos aún que establecieran un estilo propio capaz de influir en otros instrumentistas. A finales de los años 1920 y comienzo de la década de 1930, la nómina de altos era muy escasa y poco significativa. Estaba Don Redman, cuya influencia como arreglista y líder de big bands es indudable, pero que apenas se prodigaba como saxofonista ocasionalmente; también, Frankie Trumbauer, a quien podemos oír en la banda de Bix Beiderbecke, que ni siquiera tocaba el saxo alto afinado en mib, sino el llamado C-Melody Sax, afinado en do y con tesitura intermedia entre el alto y el tenor; y poco más.

Las primeras escuelas de alto

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Los autores señalan que, a mediados de los años 1930, se consolidaron tres saxofonistas alto que marcaron un giro total en la posición de este instrumento en las bandas de jazz y crearon escuelas, muy influyentes hasta finales de la década de 1940:

El alto en el bop

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La influencia de Charlie Parker

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Al contrario de lo sucedido con el tenor, mucho más socializado, la evolución del alto está fuertemente marcada por un solo músico, que oscureció prácticamente a todos los demás: Charlie Parker,[2]​ convirtiéndose «en el más importante de los pioneros del jazz moderno».[3]​ Tras la triada Hodges-Carter-Smith, prácticamente no hubo variación en los conceptos del saxo alto en jazz hasta la aparición de Parker. Y, después de Parker, todos los saxofonistas alto de bop siguieron su escuela, incluso en las generaciones posteriores.

Entre los seguidores de Parker, es preciso destacar a:

Fuera de la línea de Parker

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No obstante el peso absoluto de Parker en la evolución del alto, algunos instrumentistas contemporáneos se movieron fuera de su escuela, aunque no de su influencia:

El alto en el Free-jazz

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Hasta 1959, el peso de Parker entre los saxos alto siguió intocable. Ese año, Ornette Coleman planteó una vía de evolución para el instrumento que transmitió a un gran número de músicos de alto un efecto especialmente liberador.[5]​ Quien con mayor brillantez siguió a Coleman fuera del universo Parker, fue Eric Dolphy. Pero también, dentro del free jazz, destacan otros saxofonistas:

Y, fuera de los Estados Unidos:

El alto en el jazz actual

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Tras la eclosión del free-jazz, la influencia de Parker se vio combinada con la fórmulas desarrolladas en este estilo y, sorprendentemente tratándose de un tenor, con las concepciones de John Coltrane.[6]​ En esta, que podríamos llamar línea principal, encontramos a un gran número de saxofonistas que desarrollan su trabajo a partir de los años 1970:

El alto en el jazz fusión

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De forma paralela a la línea principal, el saxo alto también recogió las influencias de las músicas pop y rock, desarrollándose un estilo mestizo de jazz fusión. Entre los músicos más significativos en este campo, señalamos a:

Fuera del jazz, aunque en músicas relacionadas con él, como el funk o el soul étnico, destacan saxofonistas como Maceo Parker o Manu Dibango, respectivamente.

Véase también

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Referencias

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  1. Berendt: op.ref., pag.371
  2. Berendt: op.ref., pag. 373
  3. Williams, Martin: La tradición del jazz, Altea-Alfaguara, Madrid, 1990, ISBN 84-306-0192-9, pag. 128
  4. Berendt: op.ref., pag.374
  5. Algunos críticos saludaron este cambio como la vía que el jazz había buscado inútilmente desde la muerte de Charlie Parker. Citado por Sáenz, Miguel: Jazz de hoy, de ahora, Siglo XXI Editores, Madrid, 1971, pag.32
  6. Berendt: op.ref., pag.378

Bibliografía

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