Anexo:Patrimonio de la Humanidad en Uruguay

Bienes culturales y naturales

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Uruguay cuenta actualmente con los siguientes lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:

  Barrio histórico de la ciudad de Colonia del Sacramento
Bien cultural inscrito en 1995.
Localización: Departamento de Colonia
Zona de protección: 16 ha. Zona de respeto: 57 ha.
Fundada por los portugueses en 1680, a orillas del Río de la Plata, Colonia del Sacramento tuvo una función estratégica en la pugna de éstos con los españoles. Disputada por ambos durante más de un siglo, la ciudad cayó por fin en manos de los españoles. Su paisaje urbano bien conservado, solemne e íntimo a la vez, constituye un ejemplo de fusión lograda entre el estilo arquitectónico portugués, el español y el postcolonial. (UNESCO/BPI)[1]
  Paisaje cultural industrial de Fray Bentos
Bien cultural inscrito en 2015.
Localización: Departamento de Río Negro
Zona de protección: 273,8 ha. Zona de respeto: 2127,7 ha.
Localizado en el sector planificado del río Uruguay al oeste de Fray Bentos, el complejo industrial se construyó siguiendo el desarrollo de una fábrica fundada en 1859 para procesar la carne producida en las vastas praderas de los alrededores. El sitio ilustra el proceso entero de obtención, procesado, empaquetado y distribución de la carne. Incluye edificios y equipamientos de la Liebig Extract of Meat Company, que exportaba extracto de carne y corned beef al mercado europeo desde 1865 y la Anglo Meat Packing Plant, que exportaba carte congelada desde 1924. A través de su localización física, sus edificios industriales y residenciales así como instituciones sociales, el sitio presenta una ilustración del proceso completo de la producción cárnica a escala global. (UNESCO/BPI)[2]
  Obra del ingeniero Eladio Dieste: iglesia de Atlántida
Bien cultural inscrito en 2021.
Localización: Estación Atlántida, Departamento de Canelones
Zona de protección: 0,56 ha. Zona de respeto: 69,5 ha.
Fue diseñada por el ingeniero uruguayo Eladio Dieste en 1952 y construida en 1959.​​ Se trata de una construcción de paredes y techos ondulados, realizada completamente de ladrillos a la vista, sin columnas ni vigas, tiene además una torre de 15 metros de altura con paredes caladas. En su interior existe un Cristo tallado en madera el cual fue realizado por el escultor Eduardo Díaz Yepes y un altar de bloque de granito verde en bruto. Esta construcción forma parte del patrimonio histórico nacional. (UNESCO/BPI)[3]
Localización del Patrimonio de la Humanidad en Uruguay

Lista indicativa

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La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Uruguay, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 23 de enero de 2015, ha presentado los siguientes sitios:[4]

  Chamangá: un área de pinturas rupestres

Bien cultural

Propuesto en 2005

  Área insular y bahía de Colonia del Sacramento

Bien cultural

Propuesto en 2005

  La Rambla de Montevideo

Bien cultural

Propuesto en 2010

  Arquitectura Moderna del Siglo XX de la Ciudad de Montevideo

Bien cultural

Propuesto en 2010

  Barrio de Peñarol: la ciudad vieja histórica y el paisaje industrial ferroviario

Bien cultural

Propuesto en 2014

  Paisaje cultural de la Isla de Flores y su contexto fluvio-marino

Bien cultural

Propuesto en 2015

Anteriores candidatos a Patrimonio Mundial

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Los sitios que siguen estuvieron anteriormente en la lista indicativa, pero fueron retirados o rechazados por la UNESCO. Los sitios que aún se incluyen en otras entradas en la lista indicativa o que fueron aceptados y son parte de sitios del Patrimonio Mundial no se incluyen aquí.

Imagen Nombre Año Tipo
  Palacio Legislativo 1995–2016 K
  Grutas del Palacio 1998–1998 N

Patrimonio cultural inmaterial

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Actualmente Uruguay tiene dos elementos inscritos en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial, uno de ellos compartido con Argentina:

  El candombe y su espacio sociocultural: una práctica comunitaria
Bien inmaterial inscrito en 2009.
Todos los domingos y muchos días festivos, las llamadas de tambores del candombe resuenan en el barrio Sur de Montevideo y en otros dos barrios meridionales de la capital uruguaya, Palermo y Cordón, que albergan una población de origen africano. Antes de que dé comienzo el desfile del candombe, los participantes se reúnen en torno a fogatas para templar sus tambores y confraternizar. Una vez en marcha, el cortejo es encabezado por los comparsas más prestigiosos, miembros de familias reputadas en la comunidad por su virtuosismo en el arte de tocar el tambor desde muchas generaciones atrás. Tras de ellos marchan, en filas, los demás tamborileros, mientras que otros participantes, aficionados al baile o espectadores, acompañan el desfile o lo contemplan desde los balcones. Cada uno de los tres barrios repica de forma distinta el “piano” –el tambor de mayor tamaño y sonido más grave– de modo que el sistema característico de llamadas y respuestas entre los tambores del candombe constituye, a la vez, un vínculo de unión entre los barrios y un signo distintivo de su identidad propia. Transmitido en el seno de las familias de ascendencia africana, el candombe no sólo es la expresión de una resistencia, sino también una festividad musical uruguaya y una práctica social colectiva profundamente arraigada en la vida diaria de esos barrios. También es un símbolo y una manifestación de la memoria de la comunidad, que incita a los antiguos habitantes a retornar al núcleo histórico del candombe en determinados días festivos. (UNESCO/BPI)
  El Tango
Bien inmaterial inscrito en 2009.
Este elemento es compartido con   Argentina
La tradición argentina y uruguaya del tango, hoy conocida en el mundo entero, nació en la cuenca del Río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y los nativos (criollos), se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de la diversidad y del diálogo cultural. Practicado en las milongas –salas de baile típicas– de Buenos Aires y Montevideo, el tango ha difundido el espíritu de su comunidad por el mundo entero, adaptándose a nuevos entornos y al paso del tiempo. Esa comunidad comprende hoy músicos, bailarines profesionales y aficionados, coreógrafos, compositores, letristas y profesores que enseñan este arte y hacen descubrir los tesoros vivos nacionales que encarnan la cultura del tango. El tango también está presente en las celebraciones del patrimonio nacional, tanto en Argentina como en Uruguay, lo cual muestra el vasto alcance de esta música popular urbana. (UNESCO/BPI)

Referencias

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Enlaces externos

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