Anexo:Patrimonio de la Humanidad en Rumania

Bienes culturales y naturales

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Rumanía cuenta actualmente con los siguientes lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:

  Delta del Danubio
Bien natural inscrito en 1991.
Localización: Tulcea
Zona de protección: 312.440 ha.
El Danubio vierte sus aguas en el Mar Negro formando el delta más extenso y mejor preservado de toda Europa. Sus innumerables lagos y marismas albergan más de 300 especies de aves y 45 de peces de agua dulce. (UNESCO/BPI)[1]
  Monasterio de Horezu
Bien cultural inscrito en 1993.
Localización: Vâlcea
Zona de protección: 22 ha. Zona de respeto: 57 ha.
Fundado en 1690 por el príncipe Constantino Brancovan, este monasterio de Valaquia es una obra maestra del estilo “brancoviano”. El monasterio es célebre por la pureza y el equilibrio de su arquitectura, la riqueza de sus elementos esculpidos, el tratamiento de sus composiciones religiosas, sus retratos votivos y sus ornamentaciones pintadas. La escuela de pintura mural e iconos de Horezu gozó de una gran fama en toda la región de los Balcanes durante el siglo XVIII. (UNESCO/BPI)[2]
  Iglesias de Moldavia
Bien cultural inscrito en 1993, extensión en 2010.
Localización: Condado de Suceava
Ornamentadas en sus muros exteriores con frescos de los siglos XV y XVI, las siete [ocho desde 2010] iglesias de Moldavia que forman parte del sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993 son obras maestras del arte bizantino, únicas en su género en Europa. Sus pinturas murales, ejecutadas en todas las fachadas, no son meros elementos decorativos, sino auténticas obras artísticas. La composición extraordinaria, la elegancia de los personajes y la armonía de los colores de los frescos se armonizan perfectamente con el paisaje circundante. Con la extensión del sitio, la iglesia de Suceviţa completa ese conjunto de templos. Las paredes de su interior y sus fachadas están totalmente cubiertas de pinturas que datan de finales del siglo XVI. Situada en el recinto de un monasterio fortificado, esta iglesia es la única del sitio en la que hay una representación de la Escala Espiritual de San Juan Clímaco. (UNESCO/BPI)[3]
Las ocho iglesias inscritas son:
            
  Aldeas con iglesias fortificadas de Transilvania
Bien cultural inscrito en 1993, extensión en 1999.
Localización: Distritos de Alba / Brașov / Harghita / Mureș] / Sibiu
Zona de protección: 553 ha. Zona de respeto: 3728 ha.
Las siete aldeas con iglesias fortificadas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial son una vívida ilustración del paisaje cultural de la Transilvania meridional. Fundadas por los sajones transilvanos, estas aldeas se caracterizan por haber conservado desde finales de la Edad Media una ordenación territorial, una distribución de los edificios de las granjas familiares y un esquema de poblamiento sumamente peculiares. Las iglesias fortificadas que dominan estas aldeas son ilustrativas de los sucesivos estilos arquitectónicos imperantes entre los siglos XIII y XVI. (UNESCO/BPI)[7]
Las siete aldeas con iglesias fortificadas inscritas son (departamento entre paréntesis):
             
  Fortalezas dacias de los Montes de Orastia
Bien cultural inscrito en 1999.
Localización: Alba / Hunedoara
Construidas bajo la dominación dacia, entre los siglos I a.C. y I d.C., estas fortalezas ilustran una fusión original entre las técnicas y principios de la arquitectura militar y religiosa de la Antigüedad clásica y las de la Edad de Hierro tardía en Europa. Estas plazas fuertes, que formaban el núcleo defensivo del reino dacio, fueron conquistadas por los romanos a comienzos del siglo II d.C. Enmarcados en paisajes naturales espectaculares y conservados en buen estado, sus numerosos vestigios ofrecen una imagen extraordinaria de una civilización pujante e innovadora. (UNESCO/BPI)[8]
Las seis ortalezas dacias inscritas son:
  • Sarmizegetusa
  • Costesti-Cetatuie
  • Costesti -Blidaru
  • Luncani-Piatra Rosie
  • Banita
  • Capâlna
         
  Iglesias de madera de Maramureş
Bien cultural inscrito en 1999.
Localización: Maramureş
Las ocho iglesias de madera que forman el conjunto de Maramureş constituyen otros tantos ejemplos notables de la adopción de soluciones arquitectónicas emanadas de períodos y regiones diferentes. Son una muestra de la diversidad de diseños y técnicas artesanales utilizados para realizar este tipo de construcciones altas y estrechas, que poseen un esbelto campanario en su lado oeste y están cubiertas con techumbres sencillas o dobles de tejas planas de madera. Estos templos son exponentes de una expresión artística autóctona, muy característica del paisaje cultural de la región montañosa del norte de Rumania en que se hallan. (UNESCO/BPI)[9]
Las ocho iglesias de madera son (municipio entre paréntesis):
               
  Centro histórico de Sighişoara
Bien cultural inscrito en 1999.
Localización: Mureş
Zona de protección: 33 ha. Zona de respeto: 145 ha.
Fundada por los llamados sajones transilvanos –artesanos y mercaderes alemanes–, esta ciudad ha conservado admirablemente su centro histórico, característico de las pequeñas ciudades medievales fortificadas. Durante varios siglos, Sighişoara desempeñó un importante papel estratégico y comercial en los confines de la Europa Central. (UNESCO/BPI)[10]
  Hayedos primarios de los Cárpatos y otras regiones de Europa
Bien natural inscrito en 2007, extensión en 2011 y 2017.
Este bien es compartido con Albania  Albania, Austria  Austria, Bélgica  Bélgica, Bulgaria  Bulgaria, Croacia  Croacia, Italia  Italia, Polonia  Polonia, Rumania  Rumania, Eslovaquia  Eslovaquia, Eslovenia  Eslovenia, España  España y Ucrania  Ucrania
Localización (en Rumania): Caraș-Severin / Brașov / Suceava / Vâlcea / Mehedinți / Gorj / Maramureș
Zona de protección: 58.353,04 ha. Zona de respeto: 191.413,09 ha.
Esta extensión transfronteriza del bien Patrimonio Mundial de los Hayedos Primarios de los Cárpatos y Antiguos Bosques de Hayedos de Alemania (Alemania, Eslovaquia y Ucrania) abarca 12 países. Desde el fin de la última Edad de Hielo, los hayedos europeos se esparcieron desde unos pocos refugios aislados en los Alpes, los Cárpatos, el Mediterráneo y los Pirineos por un corto periodo de unos pocos miles de años en un procesos que aún perdura. Esta exitosa expansión está relacionada con la flexibilidad de los árboles y la tolerancia a diferentes condiciones climáticas, geográficas y físicas. (UNESCO/BPI)[11]
Múltiples ubicaciones (en Rumania): Parque nacional Cheile Nerei-Beuşniţa, Bosque secular de Șinca, Bosque secular de Slătioara, Parque nacional Cozia, Parque nacional Domogled-Valea Cernei, Groșii Țibleșului, Izvoarele Nerei y Strîmbu Băiuț.
           
Localización del Patrimonio de la Humanidad en Rumanía.
* Hayedos primarios de Europa, compartido con otros países europeos.


Patrimonio cultural inmaterial

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Actualmente Rumanía tiene seis elementos inscrito en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial:

  El ritual del Căluş
Bien inmaterial inscrito en 2008 (originalmente proclamado en 2005).[12]
La danza ritual Căluş, bailada en la región de Olt, en Rumania meridional, también forma parte del patrimonio cultural de los válacos de Bulgaria y de Serbia. Aunque la primera música documentada utilizada en esta danza se remonta al siglo XVII, el ritual se deriva probablemente de los antiguos ritos de purificación y de fertilidad en los que se usaba el símbolo del caballo, que era venerado como la encarnación del sol. El nombre del ritual procede del Căluş, la parte de madera de la brida del caballo.

El Căluş consiste en una serie de juegos, parodias, cantos y danzas, y es realizado por bailarines varones (Căluşari) con acompañamiento de dos violines y un acordeón. Los hombres jóvenes eran iniciados en el ritual por un vataf (maestro), quien había recibido el conocimiento de los descântece (poderes mágicos) y los pasos de danza de sus predecesores. Los căluşari, cubiertos con sombreros coloridos, camisas bordadas y pantalones provistos de campanillas que tintinean, ejecutan danzas complejas que combinan taconeo, brincos con zapatetas, saltos y balanceo de piernas. Según la tradición, los grupos de căluşari, que se consideraban dotados de poderes curativos mágicos, iban de casa en casa, prometiendo buena salud y prosperidad a los aldeanos.

Testimonio de la diversidad cultural de Rumania, el ritual Căluş ha sido ampliamente promovido en los festivales de folklore, como el Concurso nacional de Caracal, en la región de Olt, donde se lo considera como un verdadero símbolo nacional. Los căluşari se siguen reuniendo para celebrar sus proezas coreográficas y musicales el domingo de Pentecostés. (UNESCO/BPI)
  La doïna
Bien inmaterial inscrito en 2009.[13]
Denominada de diversas maneras en Rumania, la doïna es un canto lírico solemne, improvisado y espontáneo. Elemento esencial del folclore rumano, la doïna fue hasta 1900 el único género musical presente en muchas regiones del país. En la práctica, la doïna se puede cantar en cualquier sitio y circunstancia –dentro y fuera del hogar, en el trabajo o en los velorios– y se interpreta en solo, sin música o con acompañamiento de flauta dulce, gaita o instrumentos improvisados. Existen diversas variantes regionales. La doïna expresa una vasta gama de sentimientos y abarca una temática muy diversa: alegría, amor, tristeza, soledad, conflictos sociales, asaltos de bandidos, etc. Expresión de las cualidades personales, las emociones y el virtuosismo de su creador-intérprete, la doïna desempeña también un papel social importante debido a que su función catártica contribuye al fortalecimiento de los vínculos de solidaridad. También ha dado origen a otros géneros artísticos: danzas, por ejemplo. Actualmente, la continuidad de la doïna corre peligro a nivel local debido a una ruptura en la cadena de transmisión de padres a hijos. Aunque se ha llegado a identificar hasta unas quince personas representativas de los distintos tipos de doïna, es necesario recrear un contexto propicio para su interpretación y transmisión a las generaciones jóvenes, a fin de que este elemento importante del patrimonio cultural inmaterial de Rumania siga floreciendo. (UNESCO/BPI)
  La cerámica artesanal de Horezu
Bien inmaterial inscrito en 2012.[14]
La cerámica de Horezu es un producto de artesanía excepcional, que se fabrica a mano en el norte del distrito rumano de Vâlcea y es ilustrativo de los conocimientos y técnicas artesanales de múltiples generaciones. Por regla general, el proceso de fabricación se reparte entre hombres y mujeres. Los hombres escogen y extraen primero la arcilla, y luego la someten a operaciones de limpieza, troceo, riego, amasado, pisoteo y mezcla, hasta transformarla en una pasta a partir de la cual obtienen una cerámica de color rojo. Los alfareros modelan luego los objetos con los dedos, aplicando una técnica especial que exige concentración, fuerza y agilidad. Aunque cada alfarero tiene un método propio para el modelado, todos respetan el orden de las operaciones. Las mujeres ornamentan los objetos utilizando técnicas e instrumentos específicos para trazar los motivos tradicionales. Su habilidad para combinar la ornamentación y los colores es la que imprime a la cerámica de Horezu una personalidad y un carácter únicos en su género. Los colores utilizados –marrón oscuro, rojo, verde, azul y “marfil Horezu”– son de tonos vivos. Una vez ornamentados y coloreados, los objetos se cuecen en los hornos. Los alfareros utilizan instrumentos tradicionales: mezcladoras para la limpieza de la tierra, tornos y peines para el modelado; cuernos de vaca huecos y palos rematados por un alambre para las ornamentaciones; y hornos de leña para la cocción. La transmisión de este elemento del patrimonio cultural se efectúa en las familias de los artesanos y en las alfarerías (de maestros a aprendices), y también mediante las ferias y exposiciones. Este arte tradicional confiere a la comunidad un sentimiento de identidad y cumple una función social en su vida diaria. (UNESCO/BPI)
  Colindat: ronda navideña de grupos de hombres jóvenes
Bien inmaterial inscrito en 2013.[15]
Este elemento es compartido con Moldavia  Moldavia
Todos los años, antes de que lleguen las fiestas navideñas, en todos los pueblos de la República de Moldova y de Rumania se forman grupos de hombres jóvenes para preparar el “colindat”, una ronda que tiene lugar la víspera del día de Navidad en el transcurso de la cual los muchachos van de casa en casa entonando canciones festivas. Después de que los rondadores han cantado, las familias de los hogares visitados les ofrecen algunos presentes tradicionales y dinero. Los cantos son de temática épica y se adaptan a cada uno de los hogares a los que se va a rondar. Los jóvenes interpretan también canciones en las que desean buena suerte a las muchachas solteras y bailan con ellas porque, según se dice, esto las puede ayudar a que encuentren marido al año siguiente. A veces, los ronderos visten trajes tradicionales, acompañan sus cantos con instrumentos musicales y ejecutan danzas. Los principales depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio cultural inmaterial son los propios grupos de jóvenes, generalmente solteros. Los que se encargan de formarlos en esta práctica suelen ser hombres experimentados de más edad, que en su juventud fueron cabezas de grupo. Las canciones tradicionales se aprenden en el transcurso de ensayos diarios que tienen lugar desde la formación del grupo hasta la víspera del día de Navidad. En algunas comarcas se admite que los niños asistan a los ensayos para que vayan aprendiendo el repertorio de canciones. Además de ser un medio de felicitar las Navidades, este elemento del patrimonio cultural desempeña un papel importante en la preservación de la identidad de las comunidades y en el reforzamiento de la cohesión social. (UNESCO/BPI)
  Las danzas de muchachos en Rumania
Bien inmaterial inscrito en 2015.[16]
En Rumania, las danzas de muchachos constituyen un género coreográfico popular que no sólo se practica en las comunidades con motivo de la celebración de bodas y días festivos, sino que también es objeto de representaciones escénicas. Cada comunidad posee su propia variante coreográfica en la que se expresan el virtuosismo y la combinación armoniosa del movimiento y el ritmo. El conductor y coordinador principal de la danza tiene asignada la misión específica de formar los grupos de bailarines y entrenarlos. Es secundado por un bailarín, escogido por su maestría técnica, que se encarga de conducir la danza en las representaciones. Los grupos de bailarines pueden estar formados por hombres de todas las edades –desde los cinco hasta los setenta años– e incluir tanto a rumanos como húngaros y gitanos. Esta última característica hace que las danzas de muchachos contribuyan a fomentar el diálogo intercultural y ofrezcan la posibilidad de conocer mejor la diversidad cultural, por ejemplo observando la forma en que danzan los bailarines de determinadas localidades y contemplando los estilos coreográficos de los distintos grupos étnicos. Los depositarios de esta expresión cultural tradicional son todos los miembros de las comunidades que la practican. La participación en sus representaciones, en calidad de intérpretes o de espectadores, contribuye al reforzamiento de la cohesión y la solidaridad en el seno de la sociedad. Este género de danzas ofrece a los hombres jóvenes la posibilidad de afirmar su estatus social en las comunidades tradicionales –y más concretamente entre las chicas jóvenes y sus familias– con la perspectiva de contraer matrimonio.(UNESCO/BPI)
  La artesanía tradicional de tapices murales en Rumania y la República de Moldova
Bien inmaterial inscrito en 2016.
Este elemento es compartido con Moldavia  Moldavia
Los tapices murales fabricados por comunidades de tejedores de la República de Moldova y Rumania servían antaño como elementos decorativos y aislantes en los hogares, y también formaban parte de la dote nupcial de las jóvenes casaderas. Para confeccionar sus piezas de artesanía con motivos realmente impresionantes, los tapiceros utilizaban técnicas diversas. Algunos motivos de los tapices indicaban también el origen de los tejedores que los fabricaban. En las prácticas culturales de las comunidades, los tapices murales desempeñaban otras funciones, por ejemplo en los funerales simbolizaban el tránsito del alma al más allá. También se presentaban en exposiciones internacionales como signos de la identidad cultural de las comunidades. Hoy en día, en los lugares públicos y domicilios privados estos tapices se aprecian esencialmente como obras de arte, y como tales se exponen en las ciudades con motivo de la celebración de festividades y ceremonias diversas. Los métodos de su fabricación han evolucionado y en algunas regiones se ha pasado de usar telares verticales u horizontales a recurrir a la técnica del cordoncillo ejecutado hilo por hilo y a otras modalidades de tejer. Hoy en día los tapiceros pueden trabajar en sus propios domicilios. En los pueblos, las jóvenes aprenden este arte de sus madres y abuelas, mientras que en las ciudades se imparten cursos en diversos centros, asociaciones, colegios y museos. La confección de tapices murales no sólo se considera una expresión de la creatividad y la identidad cultural de quienes practican este arte tradicional, sino que también es un elemento del patrimonio cultural que permite crear vínculos de unión entre personas de grupos de edad y clases sociales diferentes. (UNESCO/BPI)[17]

Véase también Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Lista indicativa

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La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Rumanía, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 1 de enero de 2020,[18]​ ha presentado los siguientes dieciséis sitios:

  Monasterio de Neamț[19]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Iglesias bizantinas y post-bizantinas de Curtea de Argeș[20]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Conjunto monumental de Târgu Jiu[21]​ | Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Paisaje rupestre de Basarabi[22]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Iglesia de los Tres Jerarcas de Iași[23]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Los «cules» de la Pequeña Valaquia[24]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Iglesia de Densus[25]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Ciudad histórica de Alba Iulia[26]

Bien cultural

Propuesto en marzo de 1991

 
Parque nacional Retezat[27]

Bien natural

Propuesto en marzo de 1991

 
Parque nacional Rodna[28]

Bien natural

Propuesto en marzo de 1991

 
Formación Sânpetru (sitio paleontológico)[29]

Bien natural

Propuesto en marzo de 1991

 
Bosque secular de Slatiora

Bien natural

Propuesto en marzo de 1991

 
Centro histórica de Sibiu y su sistema de plazas[30]

Bien cultural

Propuesto en 2004

 
Los antiguos pueblos de Hollókő y Rimetea y sus alrededores[31]

Bien cultural

Propuesto en 2012

 
Paisaje cultural minero de Roșia Montană[32]

Bien cultural

Propuesto en 2016

 
Fronteras del Imperio romano - Dacia

Bien cultural

Propuesto el 31 de enero de 2020

Referencias

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  1. «Delta del Danubio». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  2. «Monasterio de Horezu». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  3. «Iglesias de Moldavia». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  4. «World Heritage Centre – Romania – International support for the restoration and preservation of the Probota Monastery». UNESCO. 9 de febrero de 2009. Consultado el 20 de septiembre de 2010. 
  5. «Eglise de la Résurrection du monastère de Sucevita – UNESCO World Heritage Centre». UNESCO. Consultado el 20 de septiembre de 2010. 
  6. «UNESCO World Heritage Centre – World Heritage Committee also approves three extensions to World Heritage properties in Austria, Romania and Spain». UNESCO. Consultado el 20 de septiembre de 2010. 
  7. «Aldeas con iglesias fortificadas de Transilvania». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  8. «Fortalezas dacias de los Montes de Orastia». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  9. «Iglesias de madera de Maramureş». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  10. «Centro histórico de Sighişoara». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  11. «Hayedos primarios de los Cárpatos y otras regiones de Europa». UNESCO Culture Sector. Consultado el 8 de julio de 2017. 
  12. «El ritual del Căluş». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  13. «La doïna». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  14. «La cerámica artesanal de Horezu». UNESCO Culture Sector. Consultado el 14 de febrero de 2015. 
  15. «Colindat: ronda navideña de grupos de hombres jóvenes». UNESCO Culture Sector. Consultado el 16 de agosto de 2014. 
  16. «Las danzas de muchachos en Rumania». UNESCO Culture Sector. Consultado el 2 de diciembre de 2015. 
  17. «La artesanía tradicional de tapices murales en Rumania y la República de Moldovaa». UNESCO Culture Sector. Consultado el 6 de diciembre de 2016. 
  18. Lista indicativa de Rumanía
  19. «Le Monastère de Neamt» (en francés). UNESCO. 
  20. «Eglises byzantines et post-byzantines de Curtea de Arges» (en francés). UNESCO. 
  21. «L'ensemble monumental de Tirgu Jiu» (en francés). UNESCO. 
  22. «L'ensemble rupestre de Basarabi» (en francés). UNESCO. 
  23. «L'église des Trois Hiérarques de Iassy» (en francés). UNESCO. 
  24. «Les " coules " de Petite Valachie» (en francés). UNESCO. 
  25. «L'église de Densus» (en francés). UNESCO. 
  26. «Le noyau historique de la ville d'Alba Julia» (en francés). UNESCO. 
  27. «Massif du Retezat» (en francés). UNESCO. 
  28. «Pietrosul Rodnei (sommet de montagne)» (en francés). UNESCO. 
  29. «Sinpetru (site paléontologique)» (en francés). UNESCO. 
  30. «The Historic Centre of Sibiu and its Ensemble of Squares». UNESCO. 
  31. «The old villages of Hollókő and Rimetea and their surroundings». UNESCO. 
  32. «Roșia Montană Mining Cultural Landscape». UNESCO. 

Enlaces externos

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