Anexo:Obras de Mariano Fortuny
Este anexo es una selección de Obras de Mariano Fortuny, pintor español nacido el 11 de junio de 1838 en Reus y fallecido en Roma el 21 de noviembre de 1874), a los treinta y seis años de edad. Fue considerado junto a Eduardo Rosales como uno de los grandes pintores españoles del siglo XIX, después de Francisco de Goya.[1]
De su primera época estudiantil en la Escuela de la Lonja de Barcelona y de su estancia como becado en la Academia Giggi de Roma, existe abundante material, principalmente estudios con modelo del natural y copias de esculturas antiguas. Esta colección de dibujos de anatomía, escorzos o ropajes tuvo una gran importancia en su evolución posterior.[2]
Su pintura de corriente preciosista, presenta una gran afinidad con el pintor francés Ernest Meissonier. Son obras de pequeño formato, técnica virtuosa y detallista, y escenas llenas de personajes vestidos con casacas, la llamada «pintura de casacones». Las más representativas de este periodo son la acuarela Il contino realizada en 1861, El coleccionista de estampas o el popular episodio de La vicaría; en todas ellas se aprecia cierta influencia goyesca.[3]
La temática de la pintura de Fortuny refleja los numerosos viajes que realizó, a Roma, París y el norte de África. Su primer viaje a Marruecos en 1860, contó con la ayuda económica de la Diputación de Barcelona que lo contrató para que realizara la crónica de los hechos más importantes de la Guerra de África. A su regreso trajo consigo carpetas llenas de bocetos y dibujos, con los que realizaría, entre otras muchas pinturas: La batalla de Wad-Ras y La batalla de Tetuán, esta última composición fue la de mayores dimensiones que realizó. Un nuevo viaje a Marruecos, en 1862, le permitió enriquecer su visión pictórica de dicho país con sus costumbres y personajes.[4]
Gran parte de su obra refleja la moda orientalista, con su carga de pintoresquismo local representando escenas costumbristas de antiguo sabor morisco y andalusí. Los retratos de estos personajes populares suelen ser trabajos rápidos y abocetados donde sólo el acabado de la cabeza está tratado con cuidado y realismo.
Para los óleos, Fortuny solía preparar las telas con fondos oscuros o en tonos rojizos; el posterior uso de la espátula le permitía así determinados efectos sobre esa superficie previamente cubierta con una gruesa capa pictórica. También se aprecian los pequeños surcos realizados con los pelos de los pinceles, que captando la luz en dichas rugosidades conseguían la luminosidad final del lienzo.[5]
Su matrimonio con la hija del pintor Federico Madrazo, les llevó en viaje de bodas a Sevilla y Granada, donde la inspiración de Fortuny se reafirmó en la temática costumbrista o lo genuino, propio de los pueblos mediterráneos. Otro de sus géneros favoritos fue la pintura de paisajes, muchos de ellos de Granada y, ya en los últimos años de su vida, los de Portici. La libertad de pinceladas que se aprecian en esta última etapa italiana ha sido interpretada como un acercamiento al impresionismo tanto por la luminosidad de su gama de colorido como por la textura y el «non finito»; así mismo, las composiciones marcadas con cierto aire japonés lo hacen precursor del valenciano Joaquín Sorolla.[6]
Lista de obras
editarSe muestra en esta lista una selección orientativa de las obras de Mariano Fortuny y Marsal que se encuentran repartidas entre varios museos españoles y extranjeros, así como en numerosas colecciones particulares.
La producción más numerosa fue la realizada sobre papel, dibujos, acuarelas y grabados en diversas técnicas. Entre los museos que guardan más obras se encuentran:[7]
- Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona. Es la institución museística que conserva mayor cantidad de obra sobre papel; en su Gabinete de Dibujos y Grabados tiene catalogados 2281 dibujos y 177 estampas.
- Museo del Louvre en París, con cerca de 800 obras.
- Biblioteca Nacional de España, en Madrid, con más de 200 obras.
- Museo del Prado, con más de 100 obras.
- Museo de Arte e Historia de Reus, con más de 200.
- Museo Goya de Castres, con 89 obras sobre papel. (Catálogo razonado de la exposición del 2008 por Jean Louis Augé).
- Museo Británico de Londres, con más de 40 obras.
- En la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge se conserva una serie de dibujos académicos realizados durante la formación del pintor en Barcelona y su posterior pensionado en Roma. Otras obras se encuentran en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en otras fundaciones.[8]
- Real Academia Española, con 97 dibujos y acuarelas, procedentes del legado Rodríguez-Moñino.
Pinturas al óleo
editarImagen | Fecha | Título | Técnica | Localización | Observaciones |
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1855-1856 | Autorretrato | Óleo sobre tela 57 x 46 cm |
Colección privada |
El primer autorretrato que se realizó Fortuny fue cuando contaba unos 17 años de edad. Está fechado en 1855-1856 y lo ejecutó en Barcelona cuando era estudiante en la Escuela de la Lonja. Sobre un fondo neutro muestra el rostro un poco girado y con un fuerte foco de luz procedente de la parte izquierda, los colores empleados son de tonos oscuros en la gama de marrones y rojizos, el punto de más atención, dentro de toda la pintura, es la mirada del joven.[9] | |
1856-1857 | Ramón Berenguer III clavando la enseña de Barcelona en el castillo de Fos | Óleo sobre tela 117 x 90 cm |
Pertenece a la colección de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge (depositado en el Palacio de la Generalidad) Barcelona |
La obra fue creada para conseguir una plaza de pensionado de pintura en Roma donada por la Diputación Provincial de Barcelona, el tema impuesto debía pertenecer a la historia medieval de Cataluña. Se muestra en este lienzo la exactitud documental y las características de la pintura histórica del romanticismo tardío, todo ello se unía al purismo académico. El tipo de composición, con el conde Berenguer como único personajes principal y el punto de vista tomado desde abajo, hacían aún resaltar más la monumentalidad de esta figura. Seguramente por ser una obra juvenil (19 años de edad) se nota la rigidez en las poses y pliegues de las vestiduras, aunque esto no evitó, que Fortuny ganará por unanimidad, la beca del concurso.[10][11] | |
Cerca 1858 | Autorretrato | Óleo sobre tela 62,5 × 49,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Fortuny se autorretrata aquí con una presencia casi aristocrática que aparece subrayada con una túnica de brocado lujosa, de medio cuerpo con un giro hacia la derecha y el rostro mirando al espectador, parece inspirado en la tradición clásica y en el Renacimiento, incluso en los ropajes con los pliegues que recuerdan a los retratos imperiales de la estatuaria clásica. La sobriedad en la gama cromática y el claroscuro se aproxima a la admiración de Fortuny hacia los pintores venecianos y a la pintura barroca.[12] | |
Cerca 1860 | Askari | Óleo sobre tabla 34 × 25,6 cm |
Biblioteca Museo Víctor Balaguer Villanueva y Geltrú |
Una de las tipologías más repetidas en la obra del pintor fue la de los retratos de los soldados «askari», sobre todo entre 1860 y 1863, aunque más tarde hay otros ejemplos como el Circasiano de la Hispanic Society. Menos este último, la mayoría fueron realizados como información para La batalla de Tetuán. Estas obras suelen presentar una pincelada rápida y empastada con tonalidades oscuras para conseguir contraste con los blancos y los rojos, es frecuente que estos personajes tengan entre sus manos un rifle o cualquier otra arma.[13] | |
1860-1865 | Soldado marroquí | Óleo sobre tela 26,5 × 17 cm |
Museo Estatal del Ermitage San Petersburgo |
La fuente de entrada al museo fue en 1933 procedente de la colección D.P.Botkin.[14] Esta imagen forma parte de la galería de personajes árabes, donde pretendía, como su amigo el pintor francés Georges Clairin, buscar la realidad magrebí. Se apoyó en las exóticas vestiduras, los claros matices, la gradación de tonos para destacar la luz y la utilización de la espátula para el efecto final.[15] | |
1861 | La odalisca | Óleo sobre cartón 56,9 × 81 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Esta obra no figuraba entre la relación de encargos de pensionado, y sin embargo fue pintada y fechada en Roma en 1861, a partir del primer viaje realizado a Marruecos y pasó a convertirse en la primera obra enviada a la Diputación, el 14 de febrero de 1862, junto con una carta a Charles Davillier en donde explicaba: «...como una pobre muestra de los trabajos que me propongo hacer sobre la Guerra de África, tengo el honor de ofrecer a vuestra excelencia el cuadro que adjunto, una escena costumbrista en un interior marroquí».[16] | |
cerca 1861 | Copia de Tarquino y Lucrecia | Óleo sobre tela 117 × 160 cm |
Real Academia de Bellas Artes de San Jorge Barcelona |
Obra realizada en su época de pensionado en Roma, es una copia de la pintura Tarquino y Lucrecia del artista Felice Ficherelli. Esta pintura fue enviada a la Academia por Fortuny en el año 1862 junto con otros diecisiete dibujos académicos datados entre los años 1859 y 1861. En la parte trasera del marco se encuentran inscripciones en tinta: «Por Fortuny. Procedencia: obra del pensionado pasa al Museo de la antigua Junta de Comercio. Data de Ingreso: 3 de febrero de 1862».[17] | |
cerca 1861 | Copia de un ángel | Óleo sobre cartón 114 × 47 cm |
Real Academia de Bellas Artes de San Jorge Barcelona |
Obra realizada en Roma durante su estancia como pensionado, fue enviada a la Academia junto con otras en febrero de 1862. Fue copiada de una obra de Rafael Sanzio existente en la Accademia di San Luca, lugar donde se conservó hasta 1834. Esta pintura también fue copiada por el artista francés Gustave Moreau.[18] | |
1862 | La odalisca II | Óleo sobre tela 54 × 62 cm |
Colección particular | El modelo empleado en las «odaliscas», a pesar de ser un tema orientalista, no mostraba mujeres africanas u orientales sino modelos occidentales. En la pintura lo primero que se aprecia es la blancura del desnudo sensual de la mujer, tumbada sobre una rica tela drapeada. Las escenas de este tipo, realizadas durante sus primeras etapas, se muestran con una clara búsqueda de la forma clásica y tratan la carnación ideal del desnudo por medio de la luz en donde el erotismo forma parte de toda la composición. Esta misma temática fue empleada por Delacroix, por Ingres o el que se convertiría en su suegro Federico de Madrazo.[19] | |
Cerca 1862 | Paisaje norteafricano | Óleo sobre tela 51,5 × 122,5 cm |
Museo Carmen Thyssen Málaga |
Paisaje realizado a su regreso del segundo viaje a Marruecos pensionado por la Diputación Provincial de Barcelona. A pesar de que en un catálogo de 1875 está considerada como una vista de los alrededores de Roma, el estudio posterior de la orografía de esta pintura coincide con algunos de los apuntes realizados «in situ», así como se advierte en los personajes diminutos que aparecen en el paisaje que están vestidos con chilabas. En esta obra aparece por primera vez unos ligeros toques de colores rojo, verde, azul y anaranjado, que podrían ser precursores de una técnica empleada más adelante por el pintor para conseguir más volumen y contraste de luz.[20] | |
1862-1863 | La batalla de Wad-Ras | Óleo sobre papel 54 × 185 cm |
Museo del Prado Madrid |
Fortuny fue testigo directo de este enfrentamiento entre las tropas españolas y marroquíes en marzo de 1860, donde hizo numerosos esbozos sobre la batalla, ese mismo año estuvo en París donde pudo inspirarse en otras obras pictóricas épicas y sobre todo aconsejado por la Diputación de Barcelona fijarse en la producción de Horace Vernet. Además la Diputación le pidió que los héroes protagonistas estuvieran en planos centrales de la pintura, a pesar de estas recomendaciones, la composición estuvo interpretada a gusto del pintor y la ofreció con una visión panorámica de toda la contienda: en el centro, un gran grupo de infantes y guerreros se encuentran todos confusos y sin resaltar ninguno en concreto, están representados en todo tipo de escorzos tanto los personajes como los caballos, en los laterales de la pintura, hay escenas secundarias y en el fondo colinas con un cielo nublado.[21] | |
1862-1864 | La batalla de Tetuán | Óleo sobre tela 300 × 972 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Esta obra se encuentra entre las que le fueron encargadas por parte de la Diputación de Barcelona para exaltar las actuaciones de los voluntarios catalanes dirigidos por el general Prim en la guerra de África. Se conservan entre los numerosos bocetos preparatorios unos veinte catalogados. La escena está distribuida en una perspectiva panorámica con puntos de fuga en los extremos, la visión es amplia y presenta el ataque al campamento marroquí, cuyos soldados huyen a lomos de sus caballos; en el centro hay un espacio con el polvo que levantan las monturas y al fondo una vista general del ataque de la infantería española. Parece que la obra no se apreció en aquel momento, ya que se pretendía que destacara el protagonismo de altos jefes de la contienda y el sentido del heroísmo épico, al estilo de la pintura histórica realizada por el francés Horace Vernet.[22] Las grandes dimensiones de la obra y por querer hacerla demostrando un gran virtuosismo, la entrega se alargó y quedó finalmente inacabada, por lo que el maestro tuvo que resarcir a la Diputación con diez mil pesetas. Una vez fallecido el pintor la misma entidad compró la tela por cincuenta mil pesetas.[23] | |
1863 | El coleccionista de estampas I | Oli sobre tela 47 × 66,3 cm |
Museo de Bellas Artes Boston |
Sobre este tema, por el gran éxito que obtuvo, realizó el pintor diversas versiones en óleo, dibujos a lápiz, aguadas, acuarelas y aguafuertes. Este tema había gozado ya de gran popularidad entre los pintores flamencos como pintura de gabinete del siglo XVII. De esta primera versión pintada en Roma, el autor hizo un trueque con Vicenzo Capobianchi el cual en el cambio le entregó un fusil sardo, objeto que pasó a formar parte de la colección de antigüedades de Fortuny. Rápidamente la pintura fue vendida al marchante Adolphe Goupil y éste a su vez la revendió a William Hooh Stewert, por lo que en 1870 Fortuny agregó a la pintura el gran retrato del último comprador sobre la chimenea del fondo de la pintura. El personaje principal se encuentra resaltado con vestiduras blanquecinas y absorto en el estudio y contemplación de su placer favorito, el estudio de estampas.[24] | |
Cerca 1864 | El gallinero | Óleo sobre tabla 10 × 16 cm |
Biblioteca Museo Víctor Balaguer Villanueva y Geltrú |
Esta pequeña tabla formaba parte del tipo de obra que servía de escape al artista como medio de experimentación. Las gallinas fueron pintadas y dibujadas a lápiz muchos de los cuales se conservan en el MNAC de Barcelona. Son escenas al aire libre bañadas por la luz del sol, el colorido del blanco plumaje y los toques de rojo que destacan con los naranjas-ocres de todo el entorno.[25] | |
Cerca 1864 | Retrato del escultor Jerónimo Suñol | Óleo sobre tela 31,5 × 24,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Aparece el escultor Suñol retratado en su estudio con una pose disciplinante apoyado sobre la pared que sirve de fondo al cuadro, la figura está recibiendo la mayor parte de la luz conseguida por la camisa blanca y las sombras pronunciadas en la parte izquierda, sostiene en su mano una calavera, seguramente como símbolo de la precariedad de las cosas (vanitas), en contraste con la sublimación del arte. En la pintura aparecen objetos cotidianos como envases en vidrio y cerámica colocados sobre una mesa y otros colgados o puestos sobre la chimenea en la pared del fondo, la entonación es en colores oscuros con trazos en negro.[26] | |
1865 | Madame Gaye | Óleo sobre tela 137,2 × 100,3 cm |
Metropolitan Museum of Art Nueva York |
Este retrato fue un encargo recibido por parte del duque de Riansares, esposo de madame Gaye y primer mecenas que tuvo Fortuny desde su primera estancia en Italia. La ejecución de la obra entra dentro del estilo romántico, el fondo y sus vestiduras son en tonos oscuros que hacen resaltar la cara y manos de la retratada, la pose del rostro inclinado, junto con la austeridad del vestido siguen las pautas marcadas por el retratista oficial en aquella época en Madrid, Federico de Madrazo.[27] | |
1865 | Patio árabe | Óleo sobre tela 19,5 × 31 cm |
Museo Fortuny Venecia |
De temática costumbrista, la composición, la técnica y el color consiguen una pintura con la impresión de ser un boceto, la soltura de la aplicación de las pinceladas, retienen la realidad sin dedicarse en exceso al detalle, se puede ver la definición de las sombras y las luces con lo que consigue reproducir el efecto de deslumbramiento óptico por efecto del sol. En definitiva es la manera espontánea de presentar una pintura colorista al aire libre, un largo proceso de estudio de la época que se estaba llevando a cabo en las escuelas pictóricas europeas.[28] | |
1865 | Árbol | Óleo sobre tela 29 × 23 cm |
Museo Fortuny Venecia |
Entre las obras con influencia de la Escuela de Barbizón, una de las más próximas es esta pintura, donde presenta «el estudio directo de la naturaleza y el interés por la captación de los efectos atmosféricos» visible en este caso en la iluminación producida por la luz en el tronco del árbol. Entre los objetos de su propiedad puestos a la venta por la familia tras su fallecimiento se encontraba una serie de más de cincuenta aguafuertes de Carlos de Haes, renovador del género del paisaje y al que seguramente admiraba Fortuny.[29] | |
1865-1866 | Aficionada a las estampas | Óleo sobre tela 11 × 7,7 cm |
Colección particular | Con un estilo abocetado realizó Fortuny esta pequeña tela al óleo, casi una miniatura. El tema del coleccionismo fue uno de los que trató en varias ocasiones, en esta obra aparte de su tamaño especial, también llama la atención que sea una figura femenina la coleccionista, se encuentra sentada rodeada de su colección de estampas y observando una de ellas. La técnica es una pintura de pincelada rápida con tonalidades contrastadas, la luz ilumina con intensidad la lámina y el vestido amarillo del personaje.[30] | |
1865-1867 | La reina María Cristina pasando revista a las tropas | Óleo sobre tela 300 × 460 cm |
Museo del Prado Madrid |
El sentido de paisaje se encuentra plasmado en este cuadro con gran sobriedad, en primer plano se encuentra la reina María Cristina subida en una calesa y acompañada por su hija la futura reina Isabel II, pasando revista. La parte del fondo está representada la batalla de 1837 entre sus tropas y los carlistas. A pesar de que este lienzo es de gran dimensión, Fortuny lo realizó con una perfecta precisión de detalles de los personajes, caballerías y armas, con un movimiento de auténtica instantaneidad.[31][32] | |
1866 | El coleccionista de estampas II | Óleo sobre tela 52 × 66,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Es esta una de las versiones sobre el mismo tema que pintó Fortuny, todas las variantes se diferencias en detalles y elementos que añadía o quitaba a voluntad el artista, con antigüedades de objetos pertenecientes a su propia colección, así el arca veneciana o la silla donde se encuentra apoyada la carpeta con las estampas eran propiedad suya. El gusto de la época por el abigarramiento de habitaciones llenas con todo tipo de objetos, cerámicas, relojes, vidrios, se disponen en una especie de horror vacui. Cuantos más pormenores era capaz de realizar el pintor, más gustaba a los compradores y más subía el precio de la obra.[33] | |
1866 | Fantasía sobre Fausto | Óleo sobre tela 40 × 69 cm |
Museo del Prado Madrid |
En la parte inferior izquierda de la pintura hay una inscripción: «Recordando vuestra fantasía de Fausto» dedicado al músico Juan Bautista Pujol. La pintura representa el momento en el que el músico está interpretando al piano la obra la Gran fantasía de Fausto inspirada en la ópera Fausto de Charles Gounod en una velada que tuvo lugar en casa del pintor Francisco Sans Cabot. La escena se divide en dos partes, la terrenal o parte inferior donde se encuentra el músico tocando al piano y junto a él los pintores Lorenzo Casanova Ruiz y Agapito Francés, toda esta superficie está tratada con el máximo detalle, tanto de personajes como de los objetos que la componen y en colores oscuros. En la parte superior y empleando una diagonal de colores mucho más luminosos, aparece la parte de fantasía, donde entre unas nubes asoman Mefistófeles vestido de rojo cortejando a Marta para distraer la atención de Margarita, que se adivina sutilmente al fondo junto a Fausto.[34] La pintura perteneció al músico Juan Bautista Pujol desde 1866 hasta su venta a Ramón Errazu en 1875, finalmente fue legada al Museo del Prado en 1904.[35] | |
1866 | Paisaje romano | Óleo sobre tela 21 × 26,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
En Roma realizó paisajes del natural para seguir experimentando con el efecto de luces aplicado en el colorido, que en esta obra se observa con la mancha potente del blanco de la ropa, tendida en la parte derecha y al fondo de la pintura, que contrasta con la fuerte sombra casi en diagonal de la parte contraria, esa luz contrastada aparece así mismo en el cielo gracias a la inclusión de partes nubosas blanquecinas y partes con azul añil. Estas pinturas solían estar retocadas posteriormente dentro de su taller como también lo hacía su amigo Martín Rico.[36] | |
1867 | Caballero árabe en Tánger | Óleo sobre tela 45 × 28,5 cm |
Colección particular | Esta pintura pintada en Roma pero con apuntes realizados en Tánger en 1862, muestra la influencia del orientalismo francés en especial de Delacroix y siguiendo la norma dictada por este artista: «...la luz, a veces atenúa los tonos, otras los exalta, los modifica constantemente con el juego de sus reflejos cambiantes». Técnica muy bien aprendida por Fortuny, que representa una escena costumbrista seguramente en el zoco de Tánger y que muestra en ella todo un inventario de objetos y su fascinación por la civilización marroquí.[37] | |
1867 | Interior de la iglesia de San Sebastián | Óleo sobre tela 16 × 24 cm |
Biblioteca Museo Víctor Balaguer, Vilanova i la Geltrú | Durante la estancia en Madrid con motivo de su matrimonio, el pintor realizó varias telas de diferentes iglesias y algún boceto de interiores que luego le sirvieron para su famosa obra La vicaría. Esta tela del pórtico por la parte interior de la iglesia de San Sebastián de Madrid, tiene la particularidad que fue la iglesia escogida para celebrar su matrimonio con Cecilia de Madrazo hija del retratista Federico de Madrazo, el enlace tuvo lugar el 27 de noviembre de 1867, mismo año que se encuentra firmada y fechada la pintura.[38] | |
1867 | Fantasía árabe | Óleo sobre tela 52 × 67 cm |
Walters Art Museum Baltimore |
Existen varias versiones de esta obra, así como estudios preparatorios, con variaciones en las medidas y la substitución de algunos de los personajes que contemplan la escena. Está firmado en la parte inferior derecha con esta inscripción: Fortuny. Roma. 1967.[39] | |
1867-1868 | Corrida de toros. Picador herido | Óleo sobre tela 80,5 × 140,7 cm |
Museo Carmen Thyssen Málaga Málaga |
El óleo presenta la «tercio de varas» sacadas de unos bocetos en acuarela el Picador herido y Corrida (suerte de varas), une ambas temáticas en esta pintura donde aparecen dos grupos, en una mitad la acción del picador y el caballo contra las tablas y en la otra mitad el grupo donde los subalternos recogen a un picador herido entre sus brazos. Este momento de la cogida del picador había sido ya representado por Goya en sus series «Torrecilla» y «Tauromaquia» (1793-1794) y más tarde lo fue por Picasso. Así en la iconografía taurina era frecuente la interpretación de varias escenas como en esta pintura, se representa un «cuadro dentro de otro cuadro» con dos puntos de vista, dentro todo ello de unas pinceladas de trazos pequeños, junto la combinación del color amarillo, rojo y azul y los más oscuros para los espectadores.[40] | |
1868 | Montserrat | Óleo sobre madera 31,5 × 21,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
Antes de partir para su primer viaje a Italia con su esposa, cumplieron con la tradición catalana de visitar el monasterio de Montserrat. Fortuny aprovechó su estancia allí para realizar un par de paisajes de rincones de la montaña, en los que muestra edificios rústicos bajo los peñascos de la sierra, son bocetos rápidos donde se aprecian aún algunas zonas de la madera sin cubrir de pintura.[41] | |
1868 | Cecilia embarazada | Óleo sobre madera 31 × 23,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
El retrato de su esposa Cecilia embarazada de su primera hija, sorprende por el fondo realizado con un fuerte color carmesí, la figura la representa de perfil sin interés de que sea un retrato, pues la cara queda reducida a un boceto con manchas, todo el conjunto está tratado con reflejos y matices con la sensación de inacabado, pero utiliza un «truco» para que el espectador diriga sus miradas al único fragmento que aparece más acabado, el brazo izquierdo que con técnica preciosista aparece como si fuera el único que se encarga de dar volumen a toda la pintura. Estos detalles técnicos los volvió a emplear en cuadros posteriores, como el Desnudo en la playa de Portici o en Los hijos del pintor, María Luisa y Mariano, en el salón japonés.[42] | |
Cerca 1868-1870 | Busto de hombre. Alegoría de Bacus | Óleo sobre tela 75 × 62 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Realizado en Granada presenta claras influencias de Velázquez, la figura se encuentra sobre un fondo neutro tratado con libertad y riqueza pictórica, el rostro recibe la luz procedente de la parte izquierda y sus toques de pintura son precisos, exagerando la punta de nariz con una tonalidad rojiza y un largo mostacho que imita el motivo representado por Velázquez en el Marte del museo del Prado. La temática es una alegoría a Baco con el atributo clásico de la corona de pámpanos en la cabeza, esta iconografía se encuentra empleada entre diversos pintores de la escuela madrileña entre ellos Eugenio Lucas y Leonardo Alenza.[43] | |
1869 | El encantador de serpientes | Óleo sobre tela 58,7 × 124,5 cm |
Walters Art Museum Baltimore |
El proceso de estas pinturas de óleo, casi siempre se realizaba en el taller del artista, con los apuntes que había tomado del natural y el detalle ornamental era añadido de las propias piezas que el pintor había adquirido en sus viajes a África, como en este caso, el cuenco, una silla de montar o la rica alfombra.[44] | |
1869 | Mercado y casas | Óleo sobre madera 9 × 12,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
Mercado y casas presenta una obra abocetada con trazos rápidos y espontáneos realizada al aire libre, este abocetamiento que se considera signo de modernidad, en la época de Fortuny representaba dominio de la técnica del óleo, el lienzo se cubre con trazos agitados sin descender al detalle, este estilo fue una aportación en su largo proceso del estudio para captar los efectos de la luz sobre todos los objetos.[45] | |
Cerca 1869 | Brindis de la espada | Óleo sobre tela 61 × 50,2 cm |
National Gallery Londres |
En esta obra al óleo se muestra el pintor mucho más preciso en captar la imagen y la composición de la escena, que anteriores acuarelas que había realizado el año anterior. Esta pintura muestra la meticulosidad por el detalle en los primeros planos del torero retratado, que van disminuyendo a medida que se aleja hacia el fondo, en un plano medio abocetados se encuentran dos toreros de estilo goyesco y el graderío solo muestra unas amplias pinceladas muy difuminadas con un cielo plomizo y nuboso. Detrás del torero se encuentra el toro abatido mientras el espada saluda al público con el brazo alzado sosteniendo la montera y en la otra mano la muleta y la espada, en un primerísimo plano en el suelo se encuentran diversos objetos arrojados desde las gradas.[46] | |
Cerca 1869 | Corrida de toros | Óleo sobre tela 30,3 × 46,2 cm |
Museo del Prado Madrid |
A diferencia de otras obras con esta misma temática taurina, aquí emplea una pintura más abocetada y con más interés por el aspecto lumínico gracias a los colores empleados de azules y violetas con los contraposición de los amarillos y rojos, busca en esta pintura la escenografía propia de una fotografía captando la instantánea en la suerte de picar, las figuras están esquematizadas para conseguir trasmitir un efecto impresionista.[47] | |
Cerca 1870-1871 | Viejo desnudo al sol | Óleo sobre tela 76 × 60 cm |
Museo del Prado Madrid |
El modelo de la pintura, se llamaba Mariano Fernández era de Albaicin y sirvió como modelo a Fortuny en numerosas ocasiones. De todas las versiones la del museo del Prado es la más conocida. La iconografía presentada deriva casi con seguridad de figuras de santos de la temática religiosa española del siglo XVII y con una influencia especial del pintor José Ribera. Las tonalidades de la carne desnuda son en tonos cobrizos con ligeros toques de blanco, la figura se encuentra recortada sobre un fondo oscuro, la expresión dada a la cara con los ojos entornados casi cerrados, es como mostrar la complacencia del personaje ante los rayos de sol, la parte de la cara es precisamente la más acabada de toda la pintura.[48] | |
1870 | La vicaría | Óleo sobre madera 60 x 93,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
La escena representa el momento de la firma de los testigos de una boda en la sacristía, separada de la iglesia, por una reja. El artista pone gran atención en los detalles de los trajes, la decoración de la sala y el ambiente. En el grupo central aparecen los novios junto con amigos y familiares vestidos con gran elegancia que contrasta con el segundo grupo, que se encuentran sentados en la parte derecha de la pintura, un torero y una manola que esperan su turno para firmar y en la parte izquierda se encuentra otro grupo de dos personajes de clase media, enfrascados en una conversación ajena al acontecimiento central. Por todo ello se puede considerar esta obra con un retrato de las diferentes clases sociales de la sociedad española en el siglo XVIII. Esta pintura preciosista dentro del estilo del realismo, alcanzó un gran prestigio dentro de la clase burguesa de toda Europa. Los elementos colocados por el pintor como efecto decorativo, como son la reja, la lámpara, el brasero, la biblioteca con libros todo está puesto en su lugar específico para conseguir armonía y equilibro en la composición.[49] | |
Cerca 1870 | Herrador marroquí | Óleo sobre tela 49 × 66,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Es una pintura de una composición sencilla y horizontal, con el remate al fondo de una tapia o muro blanco— muy utilizado por Fortuny en sus cuadros—, rodeados de burros y gallinas, y la parte central ocupada por el protagonista, la escena presenta el momento en el que un hombre coge la pata de uno de los borricos para mostrarla al herrador, que de cuclillas, está dispuesto a emprender su trabajo. A este personaje el pintor le ha colocado un gorro o turbante, con un toque rojo, para destacarlo de entre el resto de elementos. La composición central y horizontal, le permitió hacer una división entre el primer plano de colorido más oscuro y el más claro en el plano del fondo.[50] | |
Cerca 1870 | La matanza de los Abencerrajes | Óleo sobre tela 73,5 × 93,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Es una obra inacabada que muestra la leyenda de la matanza de los Abencerrajes el año 1445 recogida entre otros por el escritor Ginés Pérez de Hita. Las intrigas cortesanas por el poder hicieron que en una encerrona por parte del linaje de los Zegríes fueran asesinados varios miembros de los Abencerrajes en una sala de la Alhambra de Granada próxima al Patio de los Leones. Fortuny obtuvo el permiso para pintar directamente en esa misma sala, antes realizó varios estudios preparatorios tanto de personajes como de la arquitectura. La obra presenta una perspectiva un poco forzada para conseguir una amplia vista de todo el drama, es una puesta en escena donde se cuidó hasta el mínimo detalle.[51] | |
1870-1872 | Balcón de Granada | Óleo sobre tabla 12,4 x 9 cm |
Colección particular | En 1870 ya estaba instalado en la ciudad de Granada, dispuesto a trabajar directamente del natural y alejarse de los encargos procedentes de París. La pincelada en esta pequeña tabla es marcada y nerviosa, pero aún muestra la minuciosidad en la descripción por medio de manchas y toques de los elementos representados como son los tiestos, las rejas de la ventana y la barandilla del balcón. Sin embargo las sombras son violáceas precursoras del próximo impresionismo en la pintura.[52] | |
1870-1872 | Gitana | Óleo sobre tela 30,5 × 23,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
Durante su estancia en Granada, tuvo diversos modelos, masculinos y femeninos procedentes del Albaicín. En esta ocasión muestra un retrato de una gitana cuya figura se recorta sobre un fondo de tonos claros en los que resalta la cabellera negra de la mujer, su tez morena está contrastada por la luz que recibe de la su parte derecha, los colores se superponen llamando la atención el blanco de su ropaje y el adorno de las joyas en especial del collar rojizo.[53] | |
1871 | Casas árabes | Óleo sobre tela 10 × 24,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
A pesar de su éxito comercial, Fortuny pinta incansable pequeños bocetos para sus amigos o para él mismo. En esta pintura el fondo lo cubrió con un color marrón, sobre el que colocó nuevos tonos para las edificaciones, con lo que consiguió planos en horizontal y una unidad completa de tonalidad atmosférica. La elección de temas de poca importancia, le valió al artista algún rechazo por parte de pintores academicistas, sin embargo el autor demuestra, que en algunas obras como esta el tema no es lo principal, sino la representación de los diferentes aspectos de un mismo objeto, que hace que la naturaleza sea tratada de una manera más abstracta.[54] | |
1871 | La señorita Del Castillo en su lecho de muerte | Óleo sobre tela 57 × 70,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
El encargo lo efectuó el padre de la fallecida, familia que tenía una fonda en Granada y que acogió a los Fortuny durante un año antes de cambiarse a la residencia de El Realejo. El pintor escogió un encuadre justo de medio cuerpo, sin querer mostrar detalles de la estancia, dando el protagonismo absoluto a muerta, en una exposición atípica en la forma de su trabajo, sin apuntes previos con una pincelada fluida y colores blanquecinos que se diluyen con las sombras proporcionadas de rosas, azules, grises y en la almohada, que sostiene la cabeza, con tonalidades violetas.[55] | |
1871 | El tribunal de la Alhambra | Óleo sobre tela 75 x 59 cm |
Museo Fundación Gala - Salvador Dalí Figueras |
Esta obra recibe también los nombres de Tribunal de un caíd, El cepo y Los supliciados. Como otras obras del autor la escena está colocada en una estancia de la Alhambra. La arquitectura está realizada con fidelidad a la arquitectura árabe, así se aprecia en primer lugar el patio con una fuente y un primer gran arco que da paso a través de otro más recargado en decoración a otra estancia con azulejos de lacerías estrelladas, aún se encuentra otra estancia en la que hay una ventana geminada y por la que puede verse el fondo real de un jardín. Resalta extraordinariamente el fuerte contraste lumínico entre el primer plano y el fondo en penumbra. Los dos personajes acusados están situados, en el patio, boca arriba tumbados en el suelo, atados por los pies y custodiados por dos guardias, en el interior de la sala se encuentran los cadíes en reunión para dictaminar la justicia pertinente.[56] | |
Cerca 1871 | Arcabucero | Óleo sobre madera 13,7 × 10,2 cm |
Art Institute of Chicago | Junto con otras obras del mismo tema fueron realizadas en Granada para su envío a su marchante de París Goupil, todas con el estilo llamado del «casacón» empleado por el pintor Ernest Meissonier como él, Fortuny pinta militares con una visión idealista, que en esta tabla parece que el representado había bebido. Davillier afirma que el modelo era un aguador de Granada con cara de beodo y que en más de una ocasión había hecho de modelo. La temática y la composición es similar a la empleada por el pintor francés, pero el tratamiento pictórico de Fortuny es más espontáneo y realizado con más rapidez que lleva a una representación más colorista.[57] | |
Cerca 1871 | Paisaje de Granada | Óleo sobre tela 80 × 45 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
En 1870 una vez instalado en Granada, Fortuny escribió a su amigo Martin Rico invitándole a visitarlo con estas palabras: «Tengo una casa por estudio donde se puede pintar al aire libre, sin vecinos, con las vistas sobre la Vega y unos efectos de sol magníficos». La imagen de esta pintura describe la vista del Campo de los Mártires con Sierra Nevada al fondo, hay un callejón —Callejón de Matamoros, cerrado en 1882— que en la pintura lleva hasta unas casas con jardines, los llamados carmenes granadinos. Los tonos ocres casi dorados con rojo y los toques blancos dispersos por la composición, crean una intimidad y una expresión puramente pictórica opuesta a la minuciosidad preciosista de otras obras anteriores realizadas para comercializar.[58] | |
1871-1872 | Retrato de Carmen Bastián | Óleo sobre tela 45 x 62 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
La imagen es atípica en la producción del pintor, el desnudo erótico que muestra esta tela tenía como modelo a una joven gitana de Granada que fue pintada por el artista en otros cuadros. Carmen aparece recostada en un sofá, levantando sus vestidos para mostrar su sexo, esta postura era habitual en las fotografías eróticas de la época. Los otros desnudos de Fortuny especialmente las odaliscas, eran aceptadas por la sociedad por representar escenas más típicas como también eran respetables las representaciones de Venus. Sin embargo, esta obra entra de lleno en un realismo poco habitual principalmente por la representación de «retrato», la modelo no fue mitificada ni idealizada en su anatomía, así se puede observar unas piernas cortas, una cara demasiado redondeada e incluso con cierta papada y unas cejas pobladas, en definitiva no tiene el sentido de feminidad clásica exigida en ciertos cánones.[59] | |
1871-1872 | Músicos árabes | Óleo sobre tela 61 × 98,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
La escena está ambientada en el periodo nazarí y reproduce el interior de un palacio, la pintura está inacabada, solo esbozada, excepto los dos músicos, protagonistas de la escena, en un lado de la obra tumbado se encuentra el supuesto rey (en agonía?) amante de la música que emplea para su alivio. Como en la mayoría de estas escenas orientalistas, Fortuny presenta detalles escenográficos producto de su visión directa durante sus viajes, seguramente esta pintura si la hubiera terminado sería una refinada aplicación de detalles y objetos realizados con una precisión absoluta.[60] | |
1872 | Almuerzo en la Alhambra | Óleo sobre tela 87,5 × 107 cm |
Colección particular Barcelona |
Muestra esta pintura una escena cotidiana en un patio andaluz, en este caso el propio patio de la casa del pintor en Granada. Al fondo asomando por una pared blanca se ven las cabezas de María Luisa y Mariano hijos del pintor, elresto de personajes son amigos o modelos habituales. En el centro y alrededor de una mesa se está jugando una partida de cartas entre dos hombres, uno de ellos vestido de torero flirtea con una dama con mantilla y abanico y el otro es aconsejado por un caballero con bombín, hay otro personaje como ausente de toda esta trama que pudiera ser un criado. Un poco más a la derecha, se encuentra otra escena de la que forman parte, una joven sentada en el suelo que escucha la música de un muchacho tumbado sobre la hierba a su lado. Toda la composición está incluida en paralelas y en un ambiente relajado y familiar.[61] | |
1872 | Jardín de la casa de Fortuny | Óleo sobre tabla 40 × 28 cm |
Museo del Prado Madrid |
La pintura está realizada con una gran minuciosidad de detalles, las piedras, las macetas, la textura de las plantas el amplio seto de boj, junto con las malvas reales ya empleadas en otras obras, todo el colorido vegetal resalta contra el muro blanco del fondo y el azul intenso del cielo, la tabla figuró inacabada entre el inventario que se hizo de su taller cuando falleció. Años más tarde su cuñado Raimundo de Madrazo la finalizó e incluyó el retrato de su hermana Cecilia con una sombrilla rojiza así como el perro de primer plano.[62][63] | |
Cerca 1872 | Malvas reales | Óleo sobre tabla 124 × 66 cm |
Museo del Prado Madrid |
El mismo tipo de flores las utilizó para sus pinturas El jardín de los Arcades y Jardín de la casa de Fortuny. La obra está pintada sobre un fondo abocetado en el que destacan las malvas reales o alteas, originarias de Siria, esta elección de flores con corolas grandes y pétalos carnosos las realizó con pequeños trazos y donde muestra la soltura de una técnica que alcanzó en sus últimos años de vida. Destaca en esta obra la aplicación del color blanco luminoso sobre el fondo verde oscuro.[64] La procedencia de esta pintura en el museo del Prado, es debida al legado realizado en 1904 por Ramón de Errazu.[65] | |
1872-1874 | Marroquíes | Óleo sobre tabla 13 × 19 cm |
Museo del Prado Madrid |
La pequeña tabla, fue realizada después de su último viaje a Tánger y Tetuán en octubre de 1871. Ya fallecido Fortuny fue expuesta con el título Recuerdos de Marruecos, en la Exposición Universal de París de 1878. La frialdad de esta escena contrasta con las pinturas de combates ecuestres pintadas por los franceses Delacroix o Chassérieau. El tema recoge el momento de un alto en el camino de un guerrero a caballo, con gran colorido en las ropas y en los jaeces de su montura, todos los que intervienen en la escena, jinete, caballo, guardia, una madre con niño e incluso un perro sentado, aparecen con total inmovilidad, es como si se hubiese querido captar un momento fotográfico.[66] | |
1873 | Patio en la Alhambra | Óleo sobre tela 111,4 × 88,9 cm |
Fogg Art Museum Cambridge (Massachusetts) |
El placer de pintar al aire libre, se desarrolló en Fortuny notablemente durante su estancia en Granada. Es una pintura de la vida cotidiana captada en un momento fotográfico, la escena se desarrolla en el interior de un patio de casas humildes, donde en un suelo enfangado, conviven una vida sencilla la niña jugando, una mujer más en el fondo lavando ropa y otra colocada en la puerta de su casa, los animales como era costumbres, se encuentran sueltos, son unas gallinas y dos cerdos en primer plano. Como siempre en este autor, la luz del sol es elemento principal cuando rompe con un blanco reluciente en las casas encaladas del fondo. El tratamiento que da al cielo, que ocupa más de un tercio de la pintura, es lo más expresivo con colores azul fuerte y efectos vaporosos en un cielo parcialmente nublado.[67] | |
1873-1874 | Adelaida del Moral | Óleo sobre tela 58 × 47 cm |
Colección particular | La gran amistad que tenía Fortuny con su amigo Joaquín Agrasot, hizo que pasaran unas vacaciones juntas ambas familias en la casa de Portici. Este retrato de Adelaida, esposa de Agrasot, lo hizo en la más pura intención de reflejar el aspecto físico de la retratada, la composición está relacionada con cierta influencia de la pintura de Federico de Madrazo, con un fondo oscuro neutro y la colocación de cierto giro de la cabeza.[68] | |
1873-1874 | Retrato del pintor Simonetti | Óleo sobre tabla 10 × 29,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
El retrato de su amigo y discípulo Attilio Simonetti, está ejecutado en una medida muy especial, donde aparece como en una fotografía la imagen recortada en un primer plano de Simonetti elegantemente vestido, con el paisaje al fondo de la ciudad de Roma, el horizonte muy bajo, junto con el colorido suave del atardecer, hace que se consiga una gran profundidad a la escena.[69] | |
1874 | Jefe árabe | Óleo sobre tela 122,9 × 79,1 cm |
Museo de Arte de Filadelfia | A pesar de no haberse dedicado al retrato por encargo, fueron numerosos los efectuados a personas queridas o a personajes, en los que se sentía libre de interpretación en su naturalismo, a diferencia de los retratos a personajes granadinos, en esta pintura presenta a un jefe árabe, con todo la carga de armamento, que con gran escrupulosidad casi arqueológica describe Fortuny ( coleccionista por otra parte, de estas piezas). La anatomía se acerca a la ejecutada en el Viejo desnudo al sol del museo del Prado, el dibujo, los volúmenes y el claroscuro, la preocupación por la luz solar contra el cuerpo de la persona y sobre el muro blanco reverberante de luminosidad como fondo pone un punto final completo a esta pintura.[70] | |
1874 | Carnicería pública | Óleo sobre tela 48,5 × 31 cm |
Museo Fortuny Venecia |
El artista rechaza los recursos de la tradición occidental para conseguir profundidad en sus nuevas pinturas, al contrario, acerca al espectador el tema como plenitud del objeto pintado. Es un tema vulgar sin protagonistas, es el aspecto banal del entorno que ya había sido empleado por los artistas italianos macchiaioli, da paso a la materia pictórica con sus contrastes cromáticos y el empleo de algún toque final con la espátula así como un rayado realizado con el mango del pincel que en algunas partes de los cuadros deja al descubierto parte del fondo.[71] | |
1874 | Eclesiástico | Óleo sobre tabla 19 × 13 cm |
Walters Art Museum Baltimore |
La curiosidad del fondo rojo en pintura plana indica una influencia de las estampas japonesas, que ya habían marcado la trayectoria de pintores como Manet. El eclesiástico sigue la estela dejada por Francisco de Goya, el personaje se encuentra sentado en una mecedora y se cubre con una gran capa de tonalidades rojizas pero mucho más suave que el fondo donde está recortada la silueta del protagonista, el rostro del cual es el que está más cuidado para su interpretación psicológica con una clara soltura de pinceladas colocadas cada una en su sitio correspondiente.[72] | |
1874 | Elección de la modelo | Óleo sobre tabla 53,3 × 82,6 cm |
Corcoran Gallery of Art Washington D. C. |
Se encuentra esta obra entre las del estilo preciosista comparable a La vicaría. Fue una composición muy estudiada que empezó en 1968 y realizó numerosos dibujos y esbozos, en 1869 el coleccionista estadounidense W.H. Stewart se comprometió a comprársela, en una carta con fecha de 1873 el pintor le comunicaba que seguía trabajando en la obra, hasta que finalmente en 1874 se la entregó y recibió en pago 60 000 francos. La escena se sitúa en el interior del Palazzo Colonna de Roma, con un grupo de académicos, vestidos con gran elegancia a la moda dieciochesca, contemplando a la modelo colocada sobre una mesa en la parte derecha de la pintura, lugar donde recibe la mayor iluminación el cuadro. Todo el entorno está decorado con mobiliario y artes decorativas recreado con una gran suntuosidad, el fondo es apreciable a través de dos grandes columnas de mármol, en él se encuentran unos cuadros colgados como en exposición, pudiéndose reconocer obras de Rubens, El Greco, Paolo Veronés y algunas esculturas clásicas.[73] | |
1874 | Los hijos del pintor, María Luisa y Mariano, en el salón japonés | Óleo sobre tela 44 × 93 cm |
Museo del Prado Madrid |
Durante las vacaciones de Portici, y por una carta dirigida a su amigo Martín Rico, se sabe que empezó este cuadro de sus hijos con intención de regalarlo a Federico de Madrazo abuelo de los niños, para ello efectuó numerosos esbozos y composiciones diferentes. Esta obra inacabada es una de las que mejor sintetiza el cambio del lenguaje artístico que empezó, en este su último verano. La admiración por el japonismo que se advierte en la pintura ya le venía por su afición al arte japonés desde que en 1868 empezó una colección de piezas, álbumes y libros, incluso en su taller se encontraba una armadura japonesa.[74] La composición presenta a los dos niños sobre un largo diván que ocupa casi la total medida horizontal de la tela, la niña María Luisa está vestida de blanco tapando su cara con un abanico y recostada sobre un almohadón rojo en el lado derecho, mientras que el niño en el otro extremo del diván se encuentra sentado sobre diversos cojines y telas de colores fríos. El muro del fondo tapizado de seda azul con decoración japonesa de mariposas y flores, una planta en una esquina y una muñeca esbozada en el suelo al lado de su hija, completa los objetos de la escena. Dicha escena presenta una cierta intención de dos ambientes entre ambos niños que no mantienen ninguna relación entre sí, acrecienta la diferencia el cromatismo de los colores calientes y fríos en lados opuestos.[75] | |
1874 | Desnudo en la playa de Portici | Óleo sobre tabla 13 × 19 cm |
Museo del Prado Madrid |
Esta obra diminuta, del tamaño de una postal, fue realizada por el pintor en su estancia en la ciudad italiana de Portici, muestra desde una vista tomada desde arriba, el cuerpo de un muchacho descansando sobre la arena, por lo que no se aprecia la línea de horizonte. Logra un resultado de luz brillante gracias a las cortas pinceladas de colores primarios con los correspondientes complementarios. Como los pintores impresionistas contemporáneos, no emplea el negro, utiliza el azul o el violeta para conseguir las sombras, como se puede ver en las pantorrilla y pie izquierdo, así como en la cabeza.[76] | |
1874 | Paisaje con barcas | Óleo sobre tabla 13 × 19,5 cm |
Museo Fortuny Venecia |
Este paisaje se cuenta entre los últimos realizados por Fortuny, en esta época ya había rescindido el contrato que lo unía a su marchante parisino Goupil y sus pinturas al aire libre, le abocaban hacia un nuevo estilo. Fortuny fue un pintor muy versátil, pero en sus últimas pinturas se aprecia claramente esa intención de libertad y evolución en lo que él creía iban a ser sus próximas pinturas.[77] | |
1874 | Paisaje de Portici | Óleo sobre tela 30 × 50 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
La ejecución de este paisaje en óleo, resulta más dispuesto a captar lo terrenal, a diferencia de las acuarelas en la que transparencia hacía de sus paisajes más etéreos, en esta tela el cielo es una ligera franja de tono plomizo con calma y sin nubes, el autor se dedicó con más intención a representar la vegetación y las casas con una paleta de colores sobrios en los que destaca diferentes ocres, el verde y el gris, con una combinación de marcado contraste sin aplicación de veladuras. La técnica está realizada para los detalles con pequeños toques de pincel y con rápidas aplicaciones de manchas en el resto.[78] | |
siglo XIX | Moros corriendo la pólvora | Óleo sobre tela 102 x 182 cm |
Museo Nacional de Bellas Artes Santiago de Chile |
Este tema de «correr la pólvora» o «hablar la pólvora», costumbre típica del norte de África, fue tratado por Fortuny en diversas ocasiones, consistía en formar una atmósfera frenética a la vez que disparaban sus armas. Estas y otras situaciones culturales no eran raras en la tradición islámica y el pintor no dejó de tomar apuntes en sus viajes, que más tarde convertía en composiciones pictóricas, mostrando escenas de indudable valor histórico y costumbrista.[79] | |
siglo XIX | Pilar de la calle Elvira (Albaicín) | Óleo sobre tela 25,4 x 66 cm |
Colección privada |
Presumiblemente durante su estancia en Granada, y entre las muchas pinturas que realizó de patios andaluces, personajes y paisajes, se encuentra esta obra que presenta con una composición simple y plana el Pilar de la calle Elvira situado en el barrio del Albaicín cerca de donde tenían la casa la familia Fortuny. Está firmado sin fecha en la parte derecha inferior.[80] | |
1874 | Playa de Portici | Óleo sobre tela 70 x 130 cm |
Colección particular EE. UU. |
Perdida durante más de un siglo, fue reencontrada en 2003 a raíz de una exposición antológica en el MNAC de Barcelona; hasta entonces, sólo se conocía una fotografía antigua en blanco y negro y dibujos preparatorios. Es una de las últimas obras de su autor, y la más importante de la etapa de Portici, culminación de su experimentación con la luz y el color.[81] |
Acuarelas
editarImagen | Fecha | Título | Técnica | Localización | Observaciones |
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Cerca 1854-1856 | Juego de damas | Acuarela 16 × 19 cm |
Museo de Arte e Historia de Reus Reus |
Se aprecia el estilo nazareno y la afición a la temática histórica que existía durante la segunda mitad del siglo XIX en Barcelona, lugar donde se encontraba estudiando Fortuny. Resalta en esta acuarela el estilo del dibujo de correctas líneas con lo que consigue mostrar sombras y delicados detalles.[82] | |
Cerca 1855-1856 | San Pablo predicando ante el areópago | Acuarela y guache sobre papel 40,3 × 55,7 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Ejecutada en su primera época de estudiante en Barcelona, la acuarela muestra una composición académica con influencia de su maestro Claudio Lorenzale. Existen dibujos y apuntes realizados previamente, el tema religioso solo lo abordó en contadas ocasiones.[83] | |
Cerca 1856-1858 | Paisaje | Acuarela sobre papel 11 × 13,6 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Paisaje realizado con acuarela y con perfiles de tinta a la pluma. Fue legado al museo el año 1907 por Francesc Esteve i Sans.[84] | |
1858 | Italiana | Acuarela sobre papel 12,5 × 25,5 |
Museo de Bellas Artes de San Francisco | Firmado en la parte superior izquierda: «Fortuny». Procedencia: legado al Museo de Bellas Artes de San Francisco por M. H. de Young. | |
Cerca 1860-1862 | Joven judía | Acuarela sobre papel 45,4 × 37,2 cm |
Museo Meadows Dallas Texas |
Fortuny pintó muy pocas veces a la mujer como protagonista, en esta acuarela, efectuada en su estancia en el Norte de África, donde las modelos femeninas se ocultaban tras sus velos y era muy poco probable el que admitieran posar, no pasaba así con los judíos, por lo tanto pudo representar sin problema la fina sensualidad de los vestidos y alhajas de la joven modelo.[85] | |
1861 | Il contino | Acuarela sobre papel 56,3 × 39 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Una de sus obras perteneciente a su segunda estancia en Roma, esta figura del Condesito más conocido con su nombre italiano, pertenece a lo que se llamaba «pintura de casacones», tipología muy común en el gusto del siglo XVIII en la que Fortuny muestra el dibujo con el preciosismo que se convertirá en el propio estilo del pintor. El modelo posa con una elegancia afectada delante de la fuente del jardín de la Villa Borghese. La acuarela fue enviada a la Diputación de Barcelona como testimonio de sus trabajos en Roma. En el año 1906 esta institución lo donó al MNAC.[86] | |
Cerca 1862-1864 | Árabes caminando bajo la tempestad | Acuarela sobre papel vitela grueso 17.7 × 25,2 cm |
Biblioteca Nacional de España Madrid |
Calificada como una de las mejores acuarelas del pintor, la escena acoge el momento de una subida de unos árabes por una colina luchando contra el viento. La atmósfera conseguida por el magnífico paisaje y la iluminación dada con manchas opacas y transparentes casi ínfimas en otras partes del papel, convierten sin lugar a dudas a esta obra muy próxima al impresionismo. La composición la colocó el artista en dos diagonales y una distribución de colorido radial que apunta a la blanca túnica del árabe principal.[87] | |
Cerca 1863-1865 | Ruinas romanas | Acuarela sobre papel 46 × 35 cm |
Museo de Arte e Historia de Reus Reus |
Esta acuarela describe una gran ruina clásica de la que aún se puede apreciar dos inmensos arcos, acompaña al paisaje la inclusión de unas pequeñas figuras femeninas en el fondo y en un plano medio un jinete con el caballo bebiendo en un abrevadero. Este tema parece estar influido por el pintor italiano del siglo XVII Salvatore Rosa, quien solía incluir en sus paisajes ruinas y arcos parecidos, como también son muy semejantes los colores intensos empleados por ambos pintores.[88] | |
Cerca 1863-1865 | El almuédano | Acuarela sobre papel 16,4 × 12,7 cm |
Biblioteca Nacional de España Madrid |
El almuédano presenta a una figura orante, era el almuecín encargado de anunciar desde los alminares de las mezquitas las cinco oraciones del día (adhan). En esta ocasión, el pintor, lo muestra en oración solitaria y sin la arquitectura propia de su cargo. Utilizó tres colores, gris, azul añil matizados y el blanco del papel con pequeños toques de rojo, distribuyendo la composición en una diagonal, que está formada por la arena y por la verticalidad del personaje. Tres manchas esbozadas representando la cabeza y las dos manos resaltan el blanco de su túnica y la cegadora luz logra imprimirse en toda la superficie del papel.[89] | |
1865 | El camellero | Acuarela sobre papel 20 × 35,7 cm |
Museo Metropolitano de Arte Nueva York |
La obra está firmada y fechada en Tánger, fue empezada en esta ciudad en 1862 y terminada tres años después en su taller de Roma. De ese mismo viaje a Marruecos existen diversos apuntes sobre camellos en el Gran Zoco de Tánger, lugar de destino de muchas rutas de caravanas y escenario elegido por Fortuny para esta acuarela.[90] | |
1867 | Fumador de opio | Acuarela sobre papel 22,7 × 44,5 cm |
Museo Poldi Pezzoli Milán |
El estilo de la pintura oriental, gracias a sus viajes al norte de África, le suposo la creación de numerosos apuntes que después transformaba en acuarelas o pinturas al óleo. En esta imagen representa a dos personajes, uno en la penumbra del fondo y otro recostado fumando opio que se ilumina con la luz proveniente de la parte izquierda, ambos están colocados sobre una tarima de madera. El colorido es monocromo con grises y ocres, que se complementa con manchas de azul en las vestiduras del de la derecha y en el fumador unos toques de rojo en el chaleco. Las pinceladas generales son sueltas como de boceto y más precisas cuando describe la pipa y el cuenco de primer plano.[91] | |
1868 | Café de las golondrinas | Acuarela sobre papel 49,4 × 39,5 cm |
Museo Walters Baltimore |
Fue empezada esta obra el año 1867, según datos de las Memorias de Ricardo de Madrazo, en Sevilla, finalizada un año después en Roma y expuesta en París en 1870 donde recibió una buena crítica por parte de Theophile Gautier. Fue realizada a partir de apuntes tomados por el pintor de su estancia en Tánger, la arquitectura que presenta está próxima a la nazarí con arcos polilobulados, que más tarde empleó Fortuny en otras obras, se aprecian los detalles de yeserías y zócalo de azulejos. Como era costumbre, los clientes están sentados sobre alfombras en la galería exterior del edificio, donde se les servía las bebidas.[92] | |
1868 | Idilio | Acuarela sobre papel 31,5 x 23 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
De este mismo tema el pintor realizó varias versiones, la primera fue un dibujo en 1864 en la academia Giggi de Roma, precursor del grabado al aguafuerte fechado y datado en Roma 1865, y que posteriormente sirvieron para una pintura al óleo en una colección particular y la acuarela del museo del Prado. El óleo está presentando con otra composición y en tamaño horizontal. La acuarela sigue lo trazado en los esbozos anteriores, el joven está tocando una flauta doble, desnudo y sentado sobre un fragmento de entablamento jónico, a sus pies aparece una cabra, es una escena de pintura pastoril clásica, el cromatismo acentúa visiblemente el carácter de paisaje idílico.[93][94] | |
1868 | María Teresa de Madrazo | Acuarela sobre papel 14,3 x 11 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
Exquisita obra y una buena composición presenta el retrato de la pequeña María Teresa, sentada enfrente de un tablero de damas, con las fichas y otras de dominó se muestra una construcción de arquitectura con iglesia incluida, propia de este juego infantil, aunque debido a la edad representada de la niña, seguramente fue realizada por algún adulto. Entre toda la composición destaca la técnica empleada en la ejecución del rostro de la retratada tanto por su colorido como por su iluminación.[95] | |
1868 | La mascarada | Acuarela sobre papel 44,9 x 62,9 cm |
Museo Metropolitano de Arte Nueva York |
La escena representa una escena galante que se desarrolla el aire libre, con personajes vestidos de carnaval a la moda del siglo XVIII, la composición entre dos diagonales gira alrededor de la figura femenina que con antifaz muestra con malicia sus pechos desnudos. El estilo se inspira en escenas parecidas, de la pintura rococó, realizadas por Jean-Antoine Watteau y su habilidad en la composición de grupos que charlan, oyen música o forman parte de fiestas galantes.[96] | |
1868-1869 | Hombre sobre una mesa | Acuarela 32 × 23 cm |
Museo Goya Castres |
Considerada como un estudio para los óleos que realizó con el tema del Coleccionista de estampas. El personaje realizado con una gran calidad de dibujo, se encuadra en el estilo del «casacón» llamado así por la indumentaria que luce correspondiente al siglo XVIII. Se muestra en esta acuarela la maestría del pintor, en poder dejar parte de la obra perfilada con ligeras líneas y otra con unos trazos de terminación de gran realismo, como por ejemplo en el rostro del personaje.[97] | |
1868-1872 | Picador herido | Acuarela 25,6 × 36,5 cm |
Museo del Louvre París |
De las obras realizadas por Fortuny con este mismo tema, en ninguna aparece el toro, con pocos personajes en escena y como fondo tiene la vista del tendido, destaca la similitud del encuadre con alguno de los grabados hechos por Francisco de Goya en la Tauromaquia. Fortuny sigue la influencia de Goya, ya que había podía observar la colección de dibujos y sanguinas, del pintor aragonés, que poseía su amigo Valentín Carderera sobre este temario. Se trata de una obra que a pesar de lo reducido de su tamaño, por su gran virtuosismo se convierte lo que pudiera ser un apunte en una obra de arte.[98] | |
1869 | El marroquí | Acuarela 32 × 20 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
Esta acuarela presenta una de las composiciones preferidas del autor, un personaje solitario en actitud estática e inmóvil y en este caso aún más acentuada por la posición de las manos entrelazadas por delante de la cintura. Fue una de las obras que causaron impacto entre sus amigos pintores, así se tiene noticias que Ricardo de Madrazo escribió a su padre anunciándole la ejecución entre otras de esta acuarela, entonces llamada Árabe, también el pintor Henri Regnault, quedó impresionado de ella cuando la vio en un viaje a Roma. El minucioso dibujo de la cabeza y sus vestiduras contrasta con las pinceladas largas del muro del fondo donde se aprecia el dejar en algunas partes visible el propio color crema del papel.[99] | |
1870 | El vendedor de tapices | Acuarela 59 × 85 cm |
Museo de Montserrat Abadía de Montserrat |
La obra es comparable a su famosa La vicaría. Se presenta en ella el «impresionismo fortunyano» de una visión directa del natural, aunque pensado pictóricamente, la acuarela está tratada como si fuera óleo lo que proporciona una escena alusiva a la vida cotidiana de unos personajes que los muestra con todo tipo de detalles. Sobresale por encima de todo el efecto conseguido de la deslumbrante luz del norte de África.[100][101] | |
1870-1872 | Hombre semidesnudo | Acuarela sobre papel 32,5 × 23 cm |
Museo Goya Castres |
En la acuarela se puede observar unos ligeros trazos de lápiz, es una de las técnicas de pintura con la que se encontró más seguro Fortuny. La escena representa un mendigo tratado con gran delicadeza por el pintor, el colorido mediterráneo, con sus claroscuros, se presenta nítido gracias a los trazos seguros y rápidos que consigue demostrar el preciosismo tan habitual en el autor.[102] | |
1874 | Mar al fondo el Vesubio | Acuarela sobre papel 35 × 25,3 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
El verano de 1874 lo pasó en Portici cerca de Nápoles, que le llevó a una renovación en su estilo pictórico, sus paisajes y marinas realizadas durante este tiempo presentan los cielos con nubes cambiantes y composiciones sencillas.[103] | |
1874 | Paisaje de Portici | Acuarela, guache y témpera 46 x 32 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
El paisaje refleja la libertad de interpretación en sus últimas obras, en esta obra combina diferentes pinceladas, una con toques sueltos y color puro para el cielo y otra minuciosa para la parte terrenal, dejando espacios en blanco del papel y vuelve a utilizar el efecto de una línea de horizonte muy baja, ya empleada con buenos resultados en otras pinturas.[104] Esta pintura había sido atribuida a Martín Rico, pero el pintor Ricardo de Madrazo fue testigo de la realización por parte de Fortuny.[105] |
Dibujos y grabados
editarImagen | Fecha | Título | Técnica | Localización | Observaciones |
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Cerca 1852-1856 | La aventura del Quijote con los molinos de viento | Tinta a la pluma, aguada y lápiz de grafito sobre papel 11,6 × 15,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Tema dedicado a la literatura, fue adquirido por el Museo en 1911 a la colección Raimon Casellas.[106] | |
Cerca 1855-1857 | Pareja de pierrots | Lápiz de grafito sobre papel 19 × 15 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Fortuny en su época de formación se vio influenciado por el dibujante francés Paul Gavarni, del que conocía una serie de litografías publicadas en 1853 llamadas Célébrites Contemporaines. Muchos de estos dibujos plasmaban la historia y lo esencial de los personajes, aspecto que Fortuny también realizó en dibujos y grabados. La Pareja de pierrots tiene una composición muy parecida a El sueño de la inocencia (1851) de Gavarni.[107] | |
Cerca 1856-1858 | Busto femenino | Tinta a la pluma, aguada y lápiz de grafito sobre papel 10,1 × 10,3 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
En estas fechas aún estaba formándose en la Escuela de la Lonja y tenía como compañero de estudios al pintor Tomás Moragas con el que dibujaba constantemente todo tipo de modelos, prueba de ello son los numerosos dibujos que se conservan.[108] | |
1858 | Desnudo masculino | Lápiz graso sobre papel 43 × 26 cm |
Fundación MAPFRE Madrid |
Este dibujo académico se cree que fue realizado en la Academia Giggi de Roma, donde el autor acudía a pintar, con modelo del natural para ejercitar con diferentes poses la anatomía humana. Aunque sin fecha, el pintor lo firmó y añadió la palabra Roma. El desnudo masculino presenta una anatomía bien realizada y un estudio de luz y composición de gran técnica.[109] | |
Cerca 1858-1859 | Autorretrato | Lápiz sobre papel 46,5 × 42,5 cm |
Museo de Arte e Historia de Reus Reus |
Dibujo, seguramente preparatorio para el autorretrato realizado en óleo datado en la misma fecha y que se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, ambos fueron realizados en Roma. Perteneció a la colección del historiador Salvador Vilaseca i Anguera.[110] | |
1862 | Familia marroquí | Aguafuerte sobre papel 23,4 × 14,2 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
Durante los meses de febrero y marzo de 1862 realizó un segundo viaje a Marruecos, donde según Daviller, se vistió con chilabas y ropajes característicos de la zona, con la intención de pasar desapercibido y así poder estar más cerca de la gente llana del pueblo y conseguir mejores bocetos. Este aguafuerte está realizado con líneas cruzadas, más juntas o separadas, para conseguir el efecto de claroscuro.[111] | |
Cerca 1864-1865 | Autorretrato | Lápiz graso y carboncillo sobre papel 41 × 31 cm |
Fundación MAPFRE Madrid |
Está realizado este autorretrato como si de un dibujo académico se tratara, le técnica es la misma que empleó en muchos de sus dibujos-estudios realizados con modelos al natural, incluso la pose y el mostrarse desnudo sin vestidura así lo confirma.[112] | |
Cerca 1869 | Retrato de Tomás Moragas | Tinta a la pluma y al pincel sobre papel 27 × 22,5 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Ingresó en el museo en 1921 por la donación de Josep Moragas i Pomar.[113] | |
Cerca 1870 | Apunte de personaje dieciochesco | Lápiz sobre papel 14 × 12,5 cm |
Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías Madrid |
A pesar de que para su obra La vicaría, el artista empleó a modelos "in situ" así como accesorios auténticos, también se había preparado numerosos apuntes de personajes en diferentes posiciones y con diversos atuendos, es el caso de este dibujo, con un personaje vestido al estilo de la época.[114] | |
Cerca 1870 | Retrato de Cecilia de Madrazo | Tinta sobre papel 26 × 21,5 cm |
Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi Barcelona |
El autor firmó como "Fortuny" en tinta junto a la parte inferior derecha. El dibujo se encuentra sobre otro papel de mayor tamaño que contiene una dedicatoria realizada por la retratada cuando ya era viuda del pintor. Esta obra fue legada a la Academia en testamento por Apel·les Mestres.[115] | |
1871 | Croquis de vaso musulmán | Tinta sobre papel 31,5 × 43,2 cm |
Museo Nacional de Arte de Cataluña Barcelona |
Croquis mandado en una carta a su amigo Charles Davillier, fechada en Granada el 27 de noviembre de 1871, sobre la adquisición del Vaso de Fortuny, jarrón que tras la muerte del pintor y después de ser comprado por el coleccionista Basilewsky se conserva en el Museo del Ermitage de San Petersburgo.[116] | |
Segunda mitad del siglo XIX | Árabe velando el cadáver de su amigo | Aguafuerte 21,6 × 41 cm |
Biblioteca Nacional de España Madrid |
Según consta en la inscripción de la estampa, fue publicada por Goupil y Cie. en 1878 (París). Pertenece este grabado a los dibujos y esbozos empleados por Fortuny para su obra La batalla de Tetuán, donde se puede ver en la parte derecha de la pintura. La técnica del aguafuerte está realizada con líneas entrecruzadas para conseguir un fuerte y denso claroscuro, recuerda influencias a otras obras de Rembrandt artista admirado por Fortuny. La composición horizontal con solo dos personajes, en un ambiente oscuro y solitario, evoca la gran tristeza y dolor por la pérdida del amigo al que se está velando[117] | |
Segunda mitad del siglo XIX | Vista de un patio con muros de piedra | Lápiz de grafito 13,7 × 9,6 cm |
Museo del Louvre París |
Dibujo proveniente del folio número 61, de apuntes recogidos en un álbum de tapa dura cubierta de tela marrón púrpura, con 70 folios numerados, algunas hojas tienen la marca del taller «Fortuny». Legado al museo en 1950 por Henriette Fortuny.[118] | |
Segunda mitad del siglo XIX | Tejados | Lápiz de grafito 9,6 × 13,7 cm |
Museo del Louvre París |
Dibujo proveniente del folio número 60, de apuntes recogidos en un álbum de tapa dura cubierta de tela marrón púrpura, con 70 folios numerados, algunas hojas tienen la marca del taller «Fortuny». Legado al museo en 1950 por Henriette Fortuny.[119] |
Referencias
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- ↑ Torres González 2008: pp. 178-179
- ↑ Torres González 2008: p. 165
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- ↑ Quílez i Corella 2012: p. 40
- ↑ Torres González 2008: p. 168
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Bibliografía
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- Torres González, Begoña (2008). Fortuny un mundo en miniatura. Madrid: Libsa. ISBN 978-84-662-1492-6.
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- Vives, Rosa María (1994). Mariano Fortuny Marsal. Mariano Fortuny Madrazo: grabados y dibujos. Madrid: Biblioteca Nacional.Ministerio de Cultura y Electa España. ISBN 978-84-8156-073-2.
Enlaces externos
editar- Colección de dibujos del Musee Goya de Castres
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