Andrea Doria

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Andrea Doria (Oneglia, 30 de noviembre de 1466-Génova, 25 de noviembre de 1560) fue un almirante, condotiero y estadista genovés, clave en el desarrollo de la república de Génova durante el siglo XVI. En 1528 pasó del servicio del rey Francisco I de Francia al de Carlos I de España y V de Alemania.[1][2]

Andrea Doria
Información personal
Nacimiento 30 de noviembre de 1466jul. Ver y modificar los datos en Wikidata
Oneglia (Italia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 25 de noviembre de 1560jul. Ver y modificar los datos en Wikidata (93 años)
Génova (República de Génova) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura San Matteo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Familia Casa Doria Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Peretta Usodimare Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Condottiero, político, soldado y almirante Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Política y militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad República de Génova Ver y modificar los datos en Wikidata
Rango militar
Conflictos Guerra de la Liga de Cognac Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones
  • Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén
  • Caballero de la Orden del Toisón de Oro Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Doria destacó como el mayor líder naval de la cristiandad durante su época, otorgando la hegemonía marítima a quien contara con sus servicios. Convertido en gran almirante de Carlos I, utilizó esta posición para proteger la independencia de Génova y al mismo tiempo para solidificar su propio poder sobre la república, manteniendo una flota privada que utilizó para alimentar su riqueza a través del corso.[3]​ El apoyo de su marina dio a Carlos un costoso y ligero predominio en el Mediterráneo occidental frente a franceses, otomanos y berberiscos, marcado por victorias y derrotas a la par ante los poderosos almirantes turcos.

Entre otras operaciones, sus galeras realizaron la empresa de Sitio de Corone (1532) y ayudaron en la Jornada de Túnez (1535) y en la Jornada de Argel (1541).

Biografía

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Formación

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A los diecisiete años de edad, Andrea Doria quedó huérfano y dejó Oneglia para instalarse en Génova. En 1484 se trasladó a Roma donde su tío Nicola Doria era capitán de la guardia del papa Inocencio VIII, ingresando como hombre de armas en la guardia pontificia.

A la muerte del papa, y al ser proclamado papa Alejandro VI (el papa Borgia), Doria se dirigió a Urbino y entró al servicio del duque de Urbino. Como capitán de sus tropas, participó en la campaña contra Milán.

Peregrinó a Tierra Santa, donde entró en la Orden de San Juan de Jerusalén.

Al servicio de Francia

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Regresó a Italia, entrando al servicio de Juan de la Rovere, para proteger las plazas napolitanas conquistadas por los franceses, hegemones de Génova. Defendió con arrojo la plaza de Rocaguillermina ante los ataques del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. La plaza cayó, sin embargo, tras lo que Córdoba intentó atraer a Doria al servicio de España, pero éste rechazó la oferta por el momento. Doria siguió apoyando a los franceses y mantuvo enfrentamientos con César Borgia, que intentó recuperar por su cuenta las plazas francesas de Italia.

En 1507 obtuvo el comando de las tropas genovesas que estaban sofocando una revuelta en Córcega. Después de una larga campaña, consiguió derrotar a los revoltosos.[4]

En 1512, después de la batalla de Rávena, Génova se volvió contra los franceses tras el ascenso del partido antifrancófilo de Gian Fregoso.[5]​ Con 46 años de edad, Doria fue nombrado almirante de la flota genovesa, que reorganizó a pesar de su relativa falta de experiencia naval hasta el momento, y tuvo sus primeros enfrentamientos exitosos con los franceses. Éstos mantenían una guarnición en la fortaleza de la Briglia a la entrada del puerto de Génova que tenían a tiro de sus cañones. Doria tomó y destruyó la fortaleza.[6]

A finales de 1512 intervino también contra los piratas berberiscos musulmanes de Túnez, liderados por Jeireddín Barbarroja, que regresaba de sitiar sin éxito la plaza fuerte española de Bugía con su hermano Aruj y habían capturado una galera genovesa que iba hacia Tabarka. En el que sería el primer encuentro de muchos con Barbarroja, Doria penetró en el puerto tunecino de La Goleta con doce galeras y arrasó la fortaleza, llevándose la mitad de los barcos musulmanes y destruyendo el resto.[7][2]​ El año siguiente apresando también dos de sus galeazas y cuatro de sus bergantines.

A pesar de sus esfuerzos, los franceses volvieron a hacerse con el control de Génova, debiendo Doria refugiarse por mar en La Spezia, pero la victoria suiza en Novara contra los franceses les permitió remontar. Doria entonces apoyó la subida del siguiente dogo, Ottaviano Fregoso, en 1514.

La nueva libertad genovesa fue igualmente breve, ya que en 1515 los franceses de Francisco I vencieron a los suizos en Marignano, por lo que Ottaviano Fregoso se vio obligado a entregarles Génova. Durante este tiempo, Doria se centró en actuar contra la flota otomana y los piratas berberisco, venciendo y capturando en 1519 venció al almirante Caid Ali (llamado Godoli en las fuentes italianas) en Pianosa, al coste de la muerte de su sobrino Lazzarino Doria.

El 30 de mayo de 1522, Prospero Colonna y Fernando de Ávalos tomaron Génova para el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio. Doria y doce galeras se hicieron a la mar para escapar de los imperiales, y tras un intento fallido de reconquistar el puerto, se dirigieron a Mónaco. Apoyó desde el mar las operaciones francesas de defensa de Marsella ante los ataques españoles, pero sus éxitos quedaron en nada cuando el mismo Francisco fue capturado por los españoles en la batalla de Pavía de 1525, poniendo fin a la guerra. Doria consideró emprender una operación para rescatarle, pero el mismo rey le disuadió, ya que había dado palabra de no tratar de escaparse.[8]

Con la derrota francesa, Doria repudió al regente de Francia, Anne de Montmorency, y formó una flota mercenaria con la que se puso al servicio del papa Clemente VII. Su destino volvió a unirle a Francia, empero, una vez liberado Francisco I, con la creación de la Liga de Coñac en 1526, en la que Doria comandó a la flota aliada mientras Giovanni de Médicis hacía lo mismo en tierra. Hubo planes para que Doria conquistase Génova, todavía fuera del control de la liga, pero nunca se llevaron a cabo. Antes bien, con la muerte de Giovanni de un cañonazo y la conquista y saqueo de Roma por las tropas imperiales, Francisco y Clemente hubieron de reducir sus aspiraciones.[9]

Al expirar el contrato con el Papa, Doria trasladó sus servicios al rey Francisco, y en 1528, tras hacerse con su ciudad originaria, la flota genovesa obtuvo una ardua pero monumental victoria sobre la española de Hugo de Moncada en Capo d'Orso. Sin embargo, pronto comenzaron desavenencias entre genoveses y franceses, azuzadas por el comandante español Alfonso de Ávalos, que había caído prisionero en la batalla y aprovechó para intentar seducir a Doria para la causa hispana. El rey de Francia debía mucho dinero a Doria y en la corte francesa se amontonaban las intrigas políticas en su contra, amén de que Francisco I había preferido dar el mando de sus flotas a un francés, François de la Rochefoucault, en lugar de al veterano almirante. Francisco exigió a los genoveses la entrega de Ávalos y Ascanio Colonna, aún prisioneros de Andrea pero con los que éste empezaba a mantener excelentes relaciones, por lo que se topó con una negativa.

Alfonso puso a Doria en contacto con el emperador, quien ofreció al genovés jugosas garantías en caso de cambiar de bando. La alianza con el imperio hispano-germánico parecía natural: mientras que Francia lindaba geográficamente con Génova y amenazaba con convertir en cualquier momento su amistad en subyugación, ninguna de las propiedades de Carlos era vecina de los genoveses, y su gran red naval y comercial en el Mediterráneo y el Atlántico prometía beneficios para los marinos y banqueros de la ciudad estado. Finalmente, Doria abandonó la órbita francesa y pasó al servicio de Carlos, del que nunca se separó. Liberó Génova con ayuda de Filippino y fue recibido triunfalmente en la ciudad.[10]

Al servicio de España

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Andrea Doria caracterizado como el dios Neptuno, en un retrato de Agnolo Bronzino (Milán, Pinacoteca de Brera).

Su primera acción al servicio de España fue dirigirse a Nápoles, asediada por los franceses, ayudando a levantar el sitio que antes había contribuido a tender. Después liberó Génova, que había sido ocupada de nuevo por los franceses. Los genoveses quisieron hacerle su dux, pero no aceptó el nombramiento para no mantenerse enredado en futuras rencillas política, aceptando en cambio el título de Padre de la Patria y participando entre bambalinas en profundas reformas constitucionales. Carlos I le nombró almirante mayor y gran canciller del Reino, príncipe de Melfi y marqués de Tursi, y en 1530 le concedió el collar del Toisón de Oro. Doria además estableció la soberanía local de Génova e hizo construir fortificaciones de mano del ingeniero Giovanni Maria Olgiati para protegerse de Francia.

Las acciones contra los musulmanes ocuparon gran parte de su tiempo desde el fin de la guerra con los franceses, ya que en 1529 saltaron las alarmas cuando el capitán español Rodrigo de Portundo fue derrotado por Aydin "Cachidiablo" y Salih, tenientes del viejo enemigo y pronto el gran rival de Doria, Jeireddín Barbarroja. El genovés lanzó un ataque con mercenarios franceses sobre Cherchell, protectorado de Barbarroja,[11]​ que saqueó y cuyos prisioneros cristianos liberó, aunque en su transcurso se vería obligado a abandonar a su suerte a los desobedientes franceses cuando éstos se negaron a regresar a sus naves.[7][12]

En septiembre de 1532, en respuesta a una invasión turca de Hungría en abril, una gran armada hispano-genovesa dirigida por Andrea, dotada de 35 bajeles y 48 galeras, arrasó las costas otomanas del Mar Egeo, llegando hasta los mismos Dardanelos, y posteriormente atacó la costa del Peloponeso, apoderándose de Corone y Patras. Los otomanos tratarían de recuperar Corone el año próximo con una gran armada al mando de Lutfi Bajá, al que Doria derrotó con ingenio, usando sus galeras para remolcar sus naves de vela a falta de viento.[13][7]

Barbarroja lanzaría sus propias ofensivas desde Argel y Túnez, acompañado de su teniente judío sefardí Sinan Reis. Por ello, en 1535 el emperador Carlos lanzaría la Jornada de Túnez, con Doria compartiendo el mando naval con otro almirante de creciente prestigio, Álvaro de Bazán el Viejo. Se tuvo éxito en tomar la plaza, pero no así en arrestar a Barbarroja, que logró escapar.[14]​ Carlos pretendía continuar la campaña tomando Argel, pero el clima lo hizo imposible. Al año próximo, Barbarroja atacó las Baleares, disfrazando 27 galeotas como naves españolas y saqueando Menorca, pero aunque Doria salió tras él con 30 galeras, con órdenes imperiales de capturarle vivo o muerto, el berberisco de nuevo pudo escapar.[15]

Guerra Italiana de 1536-1538

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En medio de un clima agitado entre las naciones itálicas, causado por la muerte de Francisco I Sforza en 1535 y la nueva disputa entre Francisco y Carlos por la consiguiente sucesión del Milanesado, los contactos de Doria fueron vitales para asegurar a Carlos la amistad de los Médici de Florencia, favoreciendo el ascenso de Cosme I. Francisco I estaba ahora aliado con los otomanos, por lo que la ayuda de Doria era más necesaria que nunca para no perder toda la ventaja marítima. Barbarroja estacionó una flota franco-turca en Marsella, amenazando Génova, pero las defensas construidas por Doria les disuadieron de intentar tomar la república.

En julio de 1537, Doria se encontró cerca de la isla de Naxos contra doce galeras turcas mandadas por el gobernador turco Alí Tschalebi, apresándolas todas, aunque siendo herido en la rodilla de un tiro de arcabuz. Al averiguar que Barbarroja le estaba buscando a su vez con una gigantesca flota de 135 galeras, se retiró a su base de Mesina. Sin posibilidad de oposición, Doria asistió a cómo Barbarroja saqueaba Apulia el mes siguiente, llegando a jactarse los turcos de que algún día podrían su propio Papa.[16]​ La flota turca sería entonces enviada contra Venecia, república amigable al Islam pero con la que los otomanos acababan de entrar en guerra.[17]

En febrero del año próximo, el Papa Paulo III llamó a la paz entre los cristianos y a la formación de una Liga Santa para combatir a los turcos. Aunque Francia no se unió a ella, la guerra llegó a su fin con la tregua de Niza de junio, en la que Carlos y Francisco aceptaron una paz a regañadientes. Doria fue el encargado de alojar en su palacio a la vez al rey emperador, y también estuvo presente en la entrevista entre ambos reyes en Aigues-Mortes, un encuentro incómodo al verse en presencia de su anterior y su actual señor. Al haber roto Francia su alianza con el turco, se habló de reunir una gran flota de las naciones cristianas y dar el mando a Doria, su mejor exponente, con objeto de atacar a los otomanos, proyecto que nunca se llevaría a cabo.

Liga Santa

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Por estas fechas, la Liga Santa puso a Andrea al mando de 80 galeras venecianas, 36 pontificias, 30 españolas y 50 naos, con el objetivo de buscar el encuentro con Barbarroja y su armada. La victoria cristiana parecía asegurada al interceptar en el canal de Corinto a Barbarroja y sus tenientes Sinan, Salih, Turgut Reis, pero las rencillas políticas, junto con una atípica mala gestión doriana, causaron la derrota de la alianza en la consiguiente batalla de Préveza. Las acciones del almirante, que fueron objeto de grandes críticas por parte del Papa y los venecianos, podrían haber obedecido a la renuencia de España y Génova de comprometer sus naves por la seguridad de la voluble Venecia, principal actor de la zona.[18]

Para resarcirse de la derrota, tomaron Castelnuovo, pero carolinos y venecianos volvieron a entrar en conflicto al disputarse la plaza, con el resultado de que la Liga Santa se deshizo allí mismo, aceptando Venecia la sumisión ante los otomanos. La guarnición de la plaza, inicialmente pensada como la cabeza de playa de una ya inexistente liberación terrestre de los Balcanes, se vio asediada y finalmente vencida por Barbarroja en el sitio de Castelnuovo, aunque causando tales daños a los turcos que su ejemplo resonó por toda Europa.

En 1540, su sobrino Giannettino Doria obtuvo un gran éxito en Girolata al capturar, si no a Barbarroja, sí a su mencionado lugarteniente Turgut o Dragut, a quien Andrea tendría como galeote de su navío personal durante cuatro años. Se dice que Doria dio a su gato el nombre de "Dragut". A esta victoria española le siguió otra sobre los corsarios turcos en Alborán, llevada a cabo por el que sería compañero habitual de Doria, Bernardino de Mendoza.

El año siguiente, Carlos I les reclutó a los tres para tratar de colar un nuevo golpe a Barbarroja lanzando la Jornada de Argel, aunque de nuevo en un mal momento, ya que era pleno otoño. Doria trató de advertirle de que las condiciones climáticas no eran propicias, pero el emperador no le escuchó, y sólo a regañadientes Doria se puso al mando de su flota.[19][20]​ El resultado fue un desastre, ya que un temporal arruinó la flota imperial, aunque Andrea y Giannettino lograron asegurar la retirada de la mayor parte de ella, reorganizando con gran esfuerzo a los capitanes genoveses.[21]

Guerra Italiana de 1542-1546

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En 1542, los franceses y otomanos, ahora aliados, atacaron Niza, y Doria les obligó a retirarse apresándoles cuatro barcos. En mayo de 1543 volvió a salir de campaña Jeireddín Barbarroja, con 110 galeras, atacando Reggio y apresando a la hija del gobernador. En Marsella se unió a las galeras francesas, tomando el mando el conde de Enghien, Francisco de Borbón, y por fin conquistaron y saquearon Niza, salvo el castillo. Acudiendo por segunda vez en su auxilio, Doria desembarcó en Villefranche a las tropas de infantería españolas de Alfonso de Ávalos, que recuperaron Niza, e hizo huir a la flota franco-turca de Barbarroja hacia Antibes.[22]​ Mientras tanto, Bazán el Viejo destruía la flota atlántica francesa en la Muros, en la que también estuvo presente su hijo Álvaro de Bazán el Mozo.

Para gran escándalo y preocupación de la cristiandad, en 1544 Doria concedió la libertad a Turgut Reis a cambio de un rico rescate de 3000 ducados pagado por Barbarroja, que además había amenazado con bloquear el puerto de Génova.[23]​ Se cree que Doria pensaba también ganarse el favor de los turcos en caso de que uno de sus familiares cayese prisionero, aunque terminaría por arrepentirse.[24]​ El almirante genovés aconsejó entonces a Alfonso de Ávalos no buscar el combate directo contra los franceses, pero éste, a causa del deterioro de las relaciones, ignoró su consejo, y de nuevo esto sobrevino en un desastre, esta vez en la batalla de Cerisoles. Doria ayudó entonces a impedir que los franceses aprovecharan el lance, atacando las posiciones francesas en la costa.[22]

Retiro temporal

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Después de la Paz de Crepy entre Carlos y Francisco, el ya septagenario Doria se replegó a los asuntos de Génova, pero la tranquilidad no duró muchos años. En 1547 Andrea y Giannettino sufrieron un atentado que terminó con la muerte del segundo y casi costó la vida al primero.[25]​ La conjura había sido liderada por los Fieschi, familia noble opuesta a los Doria, y en la que había participado Pedro Luis Farnesio (abuelo de Alejandro Farnesio), que fue asesinado por orden de Andrea Doria.[26]​ Ante las intrigas políticas genovesas, Carlos propuso construir en Génova una fortaleza guarnecida por españoles, pero Doria optó por nuevas reformas políticas, para no comprometer la independencia de su estado.

En 1548, ya con 80 años, pasó con sus naves a la bahía de Rosas, donde embarcó el príncipe don Felipe, que le acompañó a Italia y se alojó en su palacio de Génova.

Aunque Barbarroja se había retirado en 1545, Turgut y los piratas berberiscos seguían siendo un problema, por lo que el anciano Doria se puso personalmente de nuevo al mando de las naves genovesas en 1550. Al lado de Bernardino de Mendoza, tomó Mahdía, que Turgut había recientemente capturado y convertido en su base, y en la ciudadela mora fue capturado Hesar, un sobrino del turco.[27]​ Doria reforzó la guarnición cristiana de Mahdía al año próximo, y seguidamente persiguió a Turgut y sus 20 galeras hasta Los Gelves, atrapando al corsario con pocas naves en una ensenada, pero de nuevo Turgut logró escapar, excavando un canal y arrastrando sus naves por tierra hasta él sobre rodillos y rampas.[28]​ Doria debió contentarse con arrasar Los Gelves.[23]

Guerra Italiana de 1551-1559

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A esto le siguió una nueva guerra con Francia, ahora liderada por Enrique II, y una nueva alianza de este reino con el imperio otomano, necesitando que en 1552 Doria llevara de España a Italia a 6000 hombres y un millón de ducados, necesarios para la guerra en Italia. Después, acudió a socorrer a Nápoles y Sicilia, atacados por los turcos. Doria volvió a encontrarse fatídicamente frente a Turgut en la batalla de Ponza, comandando sólo sus 40 galeras genovesas contra las 120 de la armada francoturca en un intento de detener de alguna manera sus saqueos, y se vio obligado a retirarse después de perder siete barcos,[29]​ aunque consiguió salvar el resto y desembarcar tropas de refuerzo para Nápoles y Orbetello.

Una revolución antigenovesa explotó en Córcega de manos de los francoturcos en 1553. Demasiado ocupado con el resto de la guerra, Doria inicialmente se mantuvo al margen, ya que la isla estaba en propiedad del Banco de San Giorgio, pero terminó por combatir allí, tratando de ahogar la rebelión durante dos años antes de volver a Génova. Aunque las revueltas no terminarían hasta 1567, la campaña en sí terminó con el tratado de Paz de Cateau-Cambrésis en 1559, ya que el éxito de los españoles en las batallas terrestres de San Quintín y Gravelinas forzó a los franceses a pedir la paz. Ésta fue firmada por el nuevo rey Felipe II de España, que había sucedido a Carlos tres años antes.

En 1560 se preparó una nueva expedición contra los otomanos, pretendiendo arrebatar Trípoli de manos de Turgut y Pialí Bajá. Aunque de nuevo se había elegido torpemente el invierno para atacar, un Doria ya superando los noventa años se ocupó de la organización, haciendo partir en su nombre a Juan Andrea Doria, hijo del difunto heredero predilecto Giannettino.[30][31]​ La expedición, mal guiada por líderes en litigio y el inexperto Juan Andrea, y diezmada por una tempestad, no llegó a Trípoli y debió hacerse fuerte en los Gelves, donde fue asediada por la armada turca. La consiguiente batalla de Los Gelves supuso una derrota total, de la que Juan Andrea escapó por poco y con no poca controversia por su papel.[32]

Muerte

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Andrea Doria murió el 25 de noviembre de 1560. Recibió sepultura en la iglesia de San Matteo de Génova. No dejó hijos y su herencia pasó a Juan Andrea, quien acababa de regresar de la derrota de los Gelves mientras agonizaba Andrea; el almirante pudo fallecer al menos tranquilo por el hecho de que su heredero estaba a salvo. Se cuenta que había redactado su testamento en lengua ligur.[33]

Véase también

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Referencias

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  1. «Biografia de Andrea Doria». www.biografiasyvidas.com. Consultado el 4 de agosto de 2022. 
  2. a b Lane-Pool, 2011, p. 51.
  3. Lane-Pool, 2011, p. 77.
  4. Grendi, Edoardo. «DORIA, Andrea in "Dizionario Biografico"». www.treccani.it (en italiano). Consultado el 5 de octubre de 2021. 
  5. Francesco Guicciardini, Storia d'Italia, Lib. XI, cap. 9,
  6. Campodonico, 1997, p. 15, 30.
  7. a b c Jamieson, 2013, p. 35.
  8. Granata, 1955, p. 40-45.
  9. Lingua, 2006, p. 18-22.
  10. Campodonico, 1995, p. 50-53.
  11. VI. Relations with France to 1536" In Suleiman the Magnificent, 1520-1566, 126-144. Cambridge, MA and London, England: Harvard University Press, 2013
  12. Lane-Pool, 2011, p. 78.
  13. Lane-Pool, 2011, p. 81.
  14. Lane-Pool, 2011, p. 43.
  15. Lane-Pool, 2011, p. 93.
  16. Lane-Pool, 2011, p. 96.
  17. Lane-Pool, 2011, p. 95-97.
  18. Lane-Pool, 2011, p. 45.
  19. Lane-Pool, 2011, p. 113.
  20. Jamieson, 2013, p. 24.
  21. Lane-Pool, 2011, p. 120.
  22. a b Carlos Mendoza Álvarez, Andrea Doria
  23. a b Jamieson, 2013, p. 48.
  24. Lane-Pool, 2011, p. 110.
  25. Grendi, Edoardo. «DORIA, Andrea in "Dizionario Biografico"». www.treccani.it (en italiano). Consultado el 5 de octubre de 2021. 
  26. Campodonico. Andrea Doria. p. 91-97. 
  27. Lane-Pool, 2011, p. 132.
  28. Lane-Pool, 2011, p. 134-135.
  29. Jamieson, 2013, p. 50.
  30. Lane-Pool, 2011, p. 139.
  31. Jamieson, 2013, p. 53.
  32. Lingua, Paolo. Andrea Doria. p. 125-127. 
  33. Campodonico. Andrea Doria. p. 160. 

Bibliografía

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  • Capelloni, Lorenzo (1863). Vita del principe Andrea Doria (en italiano). Génova. 
  • Campodonico, Pierangelo (1997). Andrea Doria (en italiano). Genova: Tormena. 
  • Guerrazzi, Francesco Domenico (1864). Vita di Andrea Doria (en italiano) I. Milán. 
  • Guerrazzi, Francesco Domenico (1864). Vita di Andrea Doria (en italiano) II. Milán. 
  • Granata, Mario, L'ammiraglio della Superba, 1955
  • Grendi, Edoardo (1992). «Doria, Andrea». Dizionario Biografico degli Italiani (en italiano) 41. 
  • Jamieson, Alan G. (2013). Lords of the Sea: A History of the Barbary Corsairs. Reaktion Books. ISBN 9781861899460. 
  • Lane-Pool, Stanley (2011). Los corsarios berberiscos. Renacimiento. ISBN 9788484726760. 
  • Lingua, Paolo (2006). Andrea Doria (en italiano). Génova: Fratelli Frilli. .
  • Enciclopedia General del Mar. Ediciones Garriga Barcelona (1957)