Andrés Aramburú Sarrio

periodista y político peruano
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Andrés Avelino Aramburú Sarrio (Lima, Perú, 10 de noviembre de 1845-22 de mayo de 1916) fue un periodista y político peruano.

Andrés Aramburú Sarrio


Diputado de la República del Perú
por Lima, (Lima)
28 de julio de 1892-25 de octubre de 1894


Diputado constituyente de la República del Perú
por Chancay, (Cusco)
1 de marzo de 1884-2 de mayo de 1885

Información personal
Nacimiento 10 de noviembre de 1845 Ver y modificar los datos en Wikidata
Lima, Perú Perú
Fallecimiento 22 de mayo de 1916 Ver y modificar los datos en Wikidata (70 años)
Lima, Perú Perú
Nacionalidad Peruano
Familia
Padres José Félix Aramburú y Vega-Bazán
Petronila Sarrio y Pozo
Cónyuge Agripina Salinas y Cossío
Hijos José Antonio Aramburú Salinas
Andrés Avelino Aramburú Salinas
José Félix Aramburú Salinas
Educación
Educado en Universidad Nacional Mayor de San Marcos Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Periodista
Conflictos Guerra del Pacífico Ver y modificar los datos en Wikidata

Fundador y director del diario La Opinión Nacional, que se editó en Lima de 1873 a 1914, siendo el más importante diario del Perú a principios del siglo XX, junto con El Comercio y La Prensa.

De personalidad vigorosa, Aramburú dio a su diario una marcada orientación de estilo estadounidense y fue considerado en su momento como una importante figura del periodismo sudamericano. En su país fue apreciado por su acendrado patriotismo y por su honradez política. Fue padre de Andrés Avelino Aramburú Salinas, que siguió sus pasos en la profesión periodística, y de José Félix Aramburú Salinas, que fue diplomático y político.

Biografía

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Hijo del trujillano José Félix Aramburú y Vega-Bazán y de la limeña Petronila Sarrio y Pozo.[1]​ Fue el mayor de 19 hermanos.[2]

Estudió sucesivamente en el Instituto Preparatorio y en el Convictorio de San Carlos. Luego cursó leyes en la Universidad Mayor de San Marcos, donde se graduó de bachiller, licenciado y doctor en Jurisprudencia, con tesis sobre «Origen del castigo», «Fin de la pena de muerte» y «Pena de muerte», respectivamente (1868).[3]

Se casó con Agripina Salinas y Cossío, hija del alcalde de Lima y acaudalado hacendado Antonio Salinas y Castañeda.[cita requerida]

Pese a la oposición de su madre, se inclinó por el periodismo, empezando como colaborador eventual del diario El Comercio de Lima (1863).[2]​ Luego editó con sus compañeros de aula una hoja de vida efímera, La Voz del Patriotismo, a raíz del entusiasmo patriótico suscitado por la agresión de la Escuadra Española del Pacífico (1865).[3]

Seguidamente se desempeñó como redactor de El Nacional (1865), periódico fundado por un grupo de escritores liberales. Participó a favor de la campaña presidencial de Manuel Pardo y Lavalle, entre los años 1871 y 1872.[4]

Ya bajo el gobierno de Manuel Pardo, fundó el diario La Opinión Nacional. Dicho diario, que apareció por primera vez el 1 de diciembre de 1873 y duró más de cuatro décadas, se convirtió en uno de los más importantes del Perú y de Sudamérica.[1]

Desde las páginas de La Opinión Nacional, tuvo una activa participación en la política peruana. Apoyó al gobierno de Manuel Pardo (1872-1876) y enfrentó a la oposición representada por los diarios La Patria y La Sociedad. Pero su apoyo no se limitó a la pluma, sino que se hizo voluntario de la Guardia Nacional y luchó contra la rebelión de Nicolás de Piérola, que culminó con la derrota de este caudillo en la batalla de Los Ángeles (1874).[4]

En 1879 se declaró opositor de una eventual guerra con Chile, pero cuando ésta fue declarada, defendió la causa de su país con gran elocuencia y entró en polémica vigorosa pero respetuosa con la prensa del país adversario.[4]

Durante la defensa de Lima, se incorporó como soldado raso en la reserva del Ejército Peruano y peleó en la batalla de Miraflores (1881). Luego pasó a ser secretario del presidente Francisco García Calderón, y posteriormente, respaldó la autoridad del contralmirante Lizardo Montero.[3]

En 1882 fue apresado y desterrado a Chile, siendo confinado en Chillán. De regreso en el Perú, en 1883, apoyó al general Miguel Iglesias, partidario de la paz con Chile.[3]​ En 1884 formó parte de la Asamblea Constituyente[5]​ convocada por el presidente Miguel Iglesias luego de la firma del Tratado de Ancón que puso fin a la Guerra del Pacífico. Esta asamblea no sólo ratificó dicho tratado sino también ratificó como presidente provisional a Miguel Iglesias, lo que condujo a la Guerra civil peruana de 1884-1885.

Junto con Manuel Tovar, representó al gobierno de Iglesias para lograr un entendimiento con el general Andrés A. Cáceres, durante la guerra civil de 1884-1885.[4]​ Pero una vez que Cáceres accedió a la presidencia del Perú, le brindó su apoyo desde La Opinión Nacional y se afilió a su partido (1886), al que fue leal por el resto de sus días.[2]

Elegido diputado por Lima en 1892,[6]​ se opuso obstinadamente a la revolución pierolista contra Cáceres, recordando los cuestionamientos que tenía Piérola por el contrato Dreyfus y por su actuación en la guerra con Chile.[3]

Su casa fue asaltada por los montoneros pierolistas, luego de la toma de Lima, entre el 17 y el 18 de marzo de 1895. Iniciado el gobierno constitucional de Nicolás de Piérola, continuó oponiéndose a este caudillo. No obstante, Piérola, al terminar su gobierno, reconoció los servicios que Aramburú había prestado a la nación.[4]

Luego se consagró exclusivamente a su labor periodística y continuó pulsando la vida política del Perú, no solo a través de sus vibrantes editoriales, sino en una columna, festiva y mordaz a la vez, titulada «Mentiras y candideces», que fue muy celebrada por sus lectores. En las calles de Lima, los canillitas pregonaban así su periódico: «La Opinión Nacional con editorial del doctor Aramburú». Patriota ferviente, acuñó en su diario el siguiente apotegma: «Nadie tiene razón contra el Perú». Otra faceta interesante de su personalidad fue su afecto hacia los obreros, en especial los obreros gráficos.[7]

Ya anciano, dejó la dirección de su diario y se retiró en 1914. Llegó a celebrar sus bodas de oro como periodista.[4]

Publicaciones

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Publicó:[3]

  • Una palabra al Congreso (1872)
  • La candidatura Pardo (1872)
  • Lo que se ve y lo que no se ve. Ojeada sobre los principales actos económicos del gobierno civil (1874).

Dejó inédito:[1]

Referencias

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  1. a b c Lexus Editores, ed. (2000). «ARAMBURÚ SARRIO, Andrés Avelino». Grandes Forjadores del Perú (1.ª edición). Lima: Lexus. pp. 32-33. ISBN 9972-625-50-8. 
  2. a b c Zanutelli Rosas, Manuel (1986). «ARAMBURÚ, Andrés Avelino». En Carlos Milla Batres, ed. Diccionario Histórico y Biográfico del Perú. Siglos XV-XX 1 (2.ª edición). Lima: Editorial Milla Batres. pp. 217-220. ISBN 84-599-1820-3. 
  3. a b c d e f Tauro del Pino, Alberto (2001). «ARAMBURÚ SARRIO, Andrés Avelino». Enciclopedia Ilustrada del Perú 2 (3.ª edición). Lima: PEISA. p. 196. ISBN 9972-40-149-9. 
  4. a b c d e f Basadre, 2005, p. 176.
  5. Tuesta Soldevilla, Fernando. «Constituyentes 1884». Polítika. Consultado el 12 de abril de 2020. 
  6. Fernando Tuesta Soldevilla. «Diputados 1892-1894». Consultado el 5 de febrero de 2020. 
  7. Basadre, 2005, p. 177.

Bibliografía

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  • Basadre, Jorge (2005). Historia de la República del Perú 8.º periodo: El comienzo de la irrupción de las masas organizadas en la política (1930-1933) 16 (9.ª edición). Lima: Empresa Editora El Comercio S. A. ISBN 9972-205-78-9.