Es el segundo disco que graba Narco sin la voz de Chato Chungo, después de toda la polémica surgida en torno a su anterior disco (Registro de penados y rebeldes, 2003) y la posterior separación del grupo.
Con este disco la formación vuelve a contar con dos cantantes, siendo el vocalista Distorsión Morales el sustituto de Chato.[1]