El agua, considerada como materia prima para la confección y el curado del concreto u hormigón debe cumplir con determinadas normas de calidad. Las normas para la calidad del agua son variables de país a país, y también pueden tener alguna variación según el tipo de cemento que se quiera mezclar. Las normas que se detallan a continuación son por lo tanto generales. Esta deberá ser limpia y fresca hasta donde sea posible y no deberá contener residuos de aceites, ácidos, sulfatos de magnesio, sodio y calcio (llamados álcalis blandos) sales, limo, materias orgánicas u otras sustancias dañinas y estará asimismo exenta de arcilla, lodo y algas.

Los límites máximos permisibles de concentración de sustancias en el agua[1]​ son los siguientes:


Sustancias y Ph Límite máximo
Cloruros 300 ppm
Sulfatos 200 ppm
Sales de magnesio 125 ppm
Sales solubles 300 ppm
Sólidos en suspensión 10 ppm
Materia orgánica expresada en oxígeno consumido 0.001 ppm
Ph 6 < pH < 8

Referencias

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  1. Normativas aplicadas en el Perú, detalladas en la norma ITINTEC 339-088

Véase también

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