Agricultura del palo incendiario
La Agricultura del palo incendiario (del inglés fire-stick farming) era una técnica propia de los aborígenes australianos para quemar áreas forestales (bush) y utilizar el suelo para la recolección o para facilitar la caza. A modo de antorcha, utilizaban palos ardientes para quemar la maleza. A largo plazo, tuvo consecuencias desastrosas para la ecología australiana; las selvas tropicales quedaron reducidas a pequeñas áreas de la Gran Cordillera Divisoria, dando paso a grandes sabanas. Esto ocurre porque el territorio se regenera con las plantas que más rápidamente consiguen adaptarse al suelo.
Los incendios (intencionados o naturales) han ayudado en gran medida a la rápida expansión de los eucaliptos, que en los últimos treinta mil años ha pasado a dominar casi todo el paisaje forestal de Australia. Otras plantas que también salieron beneficiadas son las acacias y las banksias, que junto con los eucaliptos pudieron adaptarse al nuevo entorno por sus hojas duras que evitan la evaporación del agua durante la fotosíntesis y por las raíces lignotuberculares que poseen. A su vez, esta substitución de la flora australiana dio paso a una inestabilidad en la cadena trófica: aumentó la población de los especies de herbívoros como el canguro y la casi extinción de aves como el casuario. Una teoría sobre el por qué de la extinción de la megafauna australiana culpa a la agricultura del palo incendiario practicada durante miles de años.[1]
En los bosques esclerófilos resultantes, la agricultura del palo incendiario mantuvo dosel forestal abierto, lo que propició la aparición de sotobosque (matorrales, arbustos...) que a su vez permitieron el incremento de número de herbívoros y marsupiales.
Los aborígenes utilizaban esta técnica para obtener alimentos. Cazaban herbívoros y recolectaban frutos de los nuevos arbustos, como por ejemplo patatas (Ipomea costata).[2] No obstante, la gran mayoría de hectáreas quemadas en Australia durante el Holoceno son de causa natural (temperaturas, sequía,...). La colonización europea provocó cambios más sustanciales en el paisaje natural del continente, llegando a talar hasta el 70% de las selvas tropicales.[3]
El término agricultura del palo incendiario fue acuñado por el arqueólogo galés Rhys Jones (1941-2001) en 1969.
Véase también
editarReferencias
editar- ↑ G. Pickup. «Desertification and climate change—the Australian perspective».
- ↑ «The Fire Book». Tangentyre Landcare. 2005. Archivado desde el original el 27 de febrero de 2015. Consultado el 24 de mayo de 2014.
- ↑ Mooney, S.D. (15 de octubre de 2010). «Late Quaternary fire regimes of Australasia». Quaternary Science Reviews (Elsevier) 30: 28-46. doi:10.1016/j.quascirev.2010.10.010. Archivado desde el original el 24 de marzo de 2014. Consultado el 24 de mayo de 2014.