El áster es una estructura proteica de la célula que parten de la centrosfera que forma la envoltura más exterior del centrosoma.

En el inicio de la división celular de la mayoría de las células eucariotas (mitosis), el centrosoma se divide en dos pares de centriolos que, conforme avanza la mitosis, emigran de forma progresiva hacia cada uno de los dos polos de la célula en división. Durante esta separación se van formando unas fibras, los ásteres, que dan lugar a un conjunto de microtúbulos dispuestos en forma de radios rodeando a cada uno de los dos diplosomas y a su material pericentriolar asociado, momento en el que estos haces de microtúbulos o "fibras del áster" son visibles al microscopio. Estos ásteres rodeando cada centrosoma van uniendo sus filamentos para formar el llamado huso acromático.[1]

Se usa el término astral, como adjetivo, para referirse al áster.

En eucariotas vegetales no tiene lugar la formación de áster, se dice que tienen una "mitosis anastral", en la que el huso acromático sólo tiene microtúbulos polares, que parten de regiones denominadas "centros organizadores de microtúbulos".[2]

Referencias

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  1. Genoma Sur - Ciclo celular
  2. Curtis, Helena; Schnek, Adriana (2008). Biología (7ª edición). España: Médica Panamericana. pp. 133-34. ISBN 978-950-06-0334-8. Consultado el 27 de abril de 2014. «En las células vegetales no hay centriolos. Aunque hay unas cuantas fibras cerca de los polos, no se forma el áster.»